¿Cómo se fraguó esta colaboración con el Ayuntamiento de Las Rozas?
Surge a consecuencia de que ya conocían mi obra y mi interés por el estudio del ser y el desarrollo de la persona en su entorno. Sé da la circunstancia de que había expuesto recientemente en Las Rozas y por eso quizá tenían más presente mi trabajo.
¿Qué querías contar a los espectadores con la escultura ‘Campo de las decisiones’?
Hablo de las diferentes actitudes de las personas ante sus circunstancias vitales. Las columnas representan la construcción de nuestra vida, donde nos apoyamos y desarrollamos. Un espacio que, de nosotros depende su aprovechamiento y disfrute. Este espacio es a su vez, reflejo de nuestra intención, de nuestra actitud, concepto que materializo con la inserción de cobre pulido sobre el que se asientan los personajes, con dos intenciones estéticas: el reflejo del personaje en la superficie y la proyección del reflejo de la luz sobre él. Ahora, esas actitudes de reflexión, de curiosidad, cuidado físico, pensamiento crítico o de aprovechamiento creativo, se aprecian claramente asociadas a la experiencia del confinamiento, ya que además se evidencian en un espacio reducido y establecido a cierta distancia del otro. Sin embargo, no podía completar la adaptación de la obra a la lectura del momento, sin hacer presentes a los que ya no están. He querido incorporar sus ausencias con la ausencia dentro de la obra, a la vez que evidenciar su permanencia. Para ello he encontrado en la luz filtrada a través de pequeñas piedras el elemento adecuado. De tal manera que de noche la ausencia se hace evidente con el encendido de luces y de día, sus presencias permanecen representadas. Mi intención ha sido hacer presentes a los ausentes a través de una luz: los que no están, se hacen visibles.
¿Qué supone para ti, personalmente, el haber formado parte de este homenaje?
Personalmente, para mí ha supuesto un cometido realmente importante. Lo he desarrollado en base a mi propia experiencia tras perder a mi hermana pequeña durante la pandemia, hecho que ha determinado mi total implicación. Representar vivencias reales y experiencias personales, no siempre resulta fácil, pero es un ejercicio que confiere a la obra un significado más profundo.
¿Cómo viviste la inauguración de la escultura?
Fue un acto muy emotivo, muy cuidado, y muy necesario desde mi punto de vista, para todas aquellas familias que no pudieron despedir ni honrar a sus seres queridos, y para todas las personas que con altruismo, esfuerzo y profesionalidad, ayudaron tanto en un momento tan complicado. Me siento muy agradecida como familiar y contenta de haber podido participar.
¿Cuál es tu relación con Las Rozas?
He vivido desde mi adolescencia entre Majadahonda y Las Rozas. Aunque hace unos años que resido y trabajo en Collado Mediano, tengo familia y amigos en Las Rozas. Mi hermana residía ahí.
¿En qué estas trabajando? ¿Vamos a poder ver tus esculturas de nuevo en el municipio?
Expuse en la Sala Maruja Mallo el pasado noviembre un grupo de esculturas bajo el título ‘El Tiempo des-aprehendido’. Actualmente sigo trabajando en diferentes obras a través de las cuales continúo indagando sobre el papel la persona en sociedad, como ser y como individuo. Las próximas exposiciones, serán en Madrid (Galería Bat Alberto Cornejo), Lleida (Proyecto Alma 2020) y si no se vuelven a complicar las cosas participaré en diferentes ferias europeas de arte contemporáneo.
Un emotivo homenaje a víctimas y héroes
El emotivo homenaje de Las Rozas “en memoria de las víctimas y en agradecimiento a los héroes que han combatido frente al COVID 19” se celebró a mediados del mes de julio junto a la gran bandera de España del Bulevar Camilo José Cela, con la asistencias de 200 personas, una representación de toda la sociedad roceña, con especial protagonismo para las familias de las víctimas, sanitarios y voluntarios, además del resto de trabajadores que con su esfuerzo “han contribuido a garantizar la seguridad en lo posible y a hacer viable la situación de confinamiento para quienes más ayuda necesitan”. En memoria de los fallecidos se dibujó con velas un gran lazo en el suelo, y se guardaron dos minutos de silencio.
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