Según explican desde el centro, la situación general causada por la pandemia COVID-19 “y su evidente incremento en la presión asistencial” está provocando en muchos de estos profesionales situaciones de sobrecarga emocional. Una situación que debe ser atendida desde el punto de vista sanitario.
“A lo ya vivido en primavera se une la alarma generada en las últimas semanas debido al nuevo incremento de las personas que tienen que ser hospitalizadas y tratadas. Se trata de trabajar en la adecuada liberación de esa sobrecarga y prevenir las posibles reacciones afectivas o psicosomáticas que incluso, pueden derivar en estrés post-traumático, depresión u otro tipo de trastornos”, indican.
El programa ofrece grupos de apoyo, sesiones formativas y otras individuales, en función de las necesidades de cada persona. “Se recomienda pedir ayuda cuando se notan altos niveles de estrés y ansiedad que llegan a repercutir en el sueño, provocan llanto frecuente, apatía, sensación de no poder afrontar las dificultades del día a día, irritabilidad, falta de concentración o miedo a salir de casa o a ir a trabajar”, señalan.