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Collado Villalba tiene el sello de UNICEF desde 2012

Una ciudad que respeta los derechos de la infancia
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Una ciudad que respeta los derechos de la infancia

Por Mabel Cazorla
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Collado Villalba pertenece desde 2012 a la Red de Ciudades Amigas de la Infancia, un sello que reconoce a aquellos municipios que trabajan para escuchar a sus menores y que trabajan activamente en su bienestar. La localidad, que cuenta con una población de más de 12.000 menores de 18 años, desarrolla diversos programas para cumplir con las exigencias de ese reconocimiento, que otorga UNICEF y que supone un ‘sello de calidad’ que garantiza las políticas públicas en beneficio de los más jóvenes.

¿Qué es una Ciudad Amiga de la Infancia? UNICEF lo resume así: “es una ciudad o comunidad donde las voces, las necesidades, las prioridades y los derechos de los niños y niñas constituyen una parte integral de las políticas, los programas y las decisiones públicas”. La explicación mas larga indica que es aquel lugar donde los menores “están a salvo y protegidos de la explotación, la violencia y el abuso; tienen un buen comienzo en la vida y crecen sanos y cuidados; tienen acceso a servicios esenciales; reciben una educación de calidad, inclusiva y participativa y tienen la oportunidad de desarrollar sus habilidades; cuentan con espacios donde expresar sus opiniones e influir en las decisiones que les afectan; participan en la vida familiar, cultural y social; viven en un ambiente limpio, no contaminado y seguro con acceso a espacios verdes; pueden reunirse con sus amigos y cuentan con espacios para jugar y divertirse; y tienen acceso a las mismas oportunidades, con independencia de su origen étnico, religión, ingresos, sexo, identidad de género o capacidad”.

El programa de Ciudades Amigas de la Infancia es una iniciativa de UNICEF en más de 30 países que, explica esta entidad, “apoya a los Gobiernos municipales en sus esfuerzos por hacer realidad su compromiso con los derechos de infancia”. En España se desarrolla desde 2011 y cuenta con 277 gobiernos locales reconocidos, en los que reside el 42 por ciento de la población española menor de 18 años. Por medio del Sello de Ciudad Amiga de la Infancia, UNICEF Comité Español reconoce y pone en valor el trabajo realizado a favor de los niños y las niñas en estas localidades. “Una ciudad o comunidad reconocida es aquella donde las voces, las necesidades, las prioridades y los derechos de los niños y niñas constituyen una parte integral de las políticas, los programas y las decisiones públicas”, explican.

¿Qué hay que hacer para ser una Ciudad Amiga de la Infancia? Es un largo proceso en el que las localidades tienen que poner en juego todos sus recursos, políticas e iniciativas que favorezcan la aplicación real de la Convención de los Derechos del Niño. El sello se otorga por un plazo de cuatro años. En el caso de Collado Villalba lo obtuvieron por primera vez en 2012. “Fuimos de los pioneros de la Comunidad de Madrid en ser Ciudad Amiga de la Infancia, algo que nos reafirmaba en nuestro compromiso en el desarrollo de políticas de infancia en todos los aspectos”, rememora el concejal de Infancia y Juventud, Adán Martínez, quien explica que las principales exigencias del programa eran “dar participación activa en la creación de la ciudad a los menores y estructurar un Plan transversal que coordine y organice toda la información que necesite una familia para el día a día de los más pequeños”.

El sello se renueva cada cuatro años, y en cada renovación se pide a los municipios que pongan en marcha nuevos proyectos y herramientas, en el caso de Collado Villalba, una Mesa de Infancia en la que se reúnen técnicos de todas las áreas para poner en común sus actuaciones. Es algo lógico, reconoce Martínez, ya que “al fin y al cabo, casi todas las concejalías tocan temas de infancia, Urbanismo con los parques y jardines, Medio Ambiente con actividades de concienciación, Educación con los colegios, Deportes...”. Deberán volver a hacer la renovación en 2022.

Además de estas renovaciones cada cuatro años, la comunicación del Ayuntamiento con UNICEF es más o menos constante, y que se suelen ‘rendir cuentas’ a través de memorias anuales y fichas de seguimiento. “Tenemos una relación directa con ellos, no solo nos sirven de ayuda en determinados aspectos, sino que también nos requieren colaboración en procesos de participación infantil y adolescentes en los que participamos”, explica a MasVive María Jesús Grande, Agente de Promoción del área de Infancia. Por su parte, el concejal reconoce que el programa supone una enorme exigencia al Ayuntamiento. “Tenemos que pasar muchísima documentación a UNICEF y a veces hacen visitas al municipio y hacen un seguimiento a través de las memorias que entregan los técnicos del área. En el momento que detecten que no se está cumpliendo, nos podrían retirar el sello en cualquier momento”.

A cambio, “es una garantía al cien por cien, cualquier vecino puede estar seguro de que con este Sello el municipio se preocupa por nuestros más jóvenes. El nivel para tenerlo es muy importante y tenemos que estar día a día concienciados y cumpliendo”, apostilla el edil.

Para cumplir con este nivel de exigencia, desde el área de Infancia municipal trabajan “diseñando e implementando políticas públicas que mejoren el bienestar de los menores, fomentando sus derechos y deberes y potenciando su participación activa”, explica Grande. También se trabaja de forma coordinada con el resto de departamentos municipales “a través del desarrollo de actividades conjuntas y colaboraciones” con los mismos objetivos. Además cuentan con una Mesa de Infancia, que se reúne cada dos meses con el fin de tratar los diferentes objetivos que se plantean en el I Plan de Infancia y Adolescencia.

Participación

Una de las claves de las Ciudades Amigas de la Infancia está en el fomento de la participación de los menores en la vida pública. En Collado Villalba esa participación se desarrolla, entre otros organismos, en la Comisión de Participación de Infancia y Adolescencia, una entidad, compuesta por 20 escolares de los distintos centros de la localidad con edades comprendidas entre los 8 y 16 años de edad, que acaba de finalizar su mandato, para el que fueron elegidos por sus compañeros en noviembre de 2017 y que está en la actualidad en pleno proceso de renovación.

“Los niños y adolescentes necesitan ser escuchados, y lugares como la Comisión son espacios de participación donde se sienten protagonistas”, explica María Jesús Grande, quien considera “todo un lujo” trabajar directamente con los menores. “Es impresionante la capacidad de análisis y crítica constructiva que tienen. Muchas veces nos ayudan a mejorar, porque no tenemos la capacidad de ponernos en su lugar. Es un proyecto que merece la pena para ellos y para nosotros, nos enseñan mucho”.

Esa capacidad de análisis y crítica se pudieron comprobar en la Audiencia pública con la que cerró sus actividades la Comisión, celebrada en el Salón de Plenos del Ayuntamiento de Collado Villalba ante compañeros, familiares, profesores y representantes políticos de la localidad. La Comisión ha trabajado durante dos cursos seguidos. En 2017-2018 lo hicieron el Derecho a la Igualdad y, el curso pasado, sobre el Derecho a la Protección y han llegado a varias conclusiones y propuestas para mejorar la localidad. Entre otras cosas, pidieron más protección frente al consumo de drogas, el acoso escolar en el colegio y en las redes sociales y una vía pública más segura.

En el documento hay, además, multitud de propuestas concretas, entre ellas: que se reparen los parques de Collado Villalba; que se adapten las pistas deportivas para personas con movilidad reducida; más badenes para reducir la velocidad; que se amplíe el carril bici; más aparcamientos para bicicletas; columpios seguros para bebés; más luz en las canchas de los parques; favorecer los itinerarios peatonales a los centros educativos; charlas sobre relaciones saludables entre adolescentes, para prevenir situaciones de violencia de género; sensibilización en Seguridad Vial para los mayores; que se controle la venta de droga en el municipio y más vigilancia para que nos e vendan sustancias controladas a menores; alimentos y diversión para niños sin recursos; más información sobre conductas de riesgo y uso adecuado de las nuevas tecnologías; alternativas de ocio saludable y un largo etcétera.

Mariola Vargas aseguraba, después de la sesión, que le había resultado “sorprendente” cómo los menores aportaban incluso reflexiones y propuestas “para mejorar la eficacia de los servicios e incluso proponer algunos nuevos”. La regidora se mostró especialmente interesada en una de las peticiones delos menores, que cambien la forma de impartir las charlas sobre acoso escolar “para que sean amenas y efectivas, porque pensamos que no cambian la actitud de los acosadores”, decían. “Y seguramente tienen toda la razón del mundo, por eso les he dicho que formen un grupo y se pongan a trabajar con el Equipo de Buenas Prácticas”.

“Es importante ver la perspectiva de la importancia de las cosas desde el punto de vista de un niño, que son los ciudadanos del mañana”, resumía Vargas, quien reconocía que este compromiso con las Ciudades Amigas de la Infancia “funciona y nos pone un poco más en la realidad del municipio, me parece muy interesante saber qué piensan los niños, entender la vida desde su punto de vista es bueno para todo”.

“Casi el 80 por ciento de sus ideas se pueden poner en práctica”, reconoce por su parte Adan Martínez, aunque también reconoce que a veces han pedido cosas un poco más imaginativas e irrealizables, “como un parque de atracciones”, pero poco a poco se va consiguiendo “una calidad en la participación de lo menores, que desarrollan una estructura argumentativa y razonada de lo que quieren y lo canalizan ara que sepamos que son cosas que pueden ser factibles de realizar.

¿Y cómo lo ven ellos? Como decía una de las consejeras ‘cesantes’, Daniela Plaza, “poder involucrarnos tanto en el desarrollo urbano como educativo de gente como nosotros es muy importante, creo que es mejor que lo piensen los niños que los adultos, porque a lo mejor los adultos no tienen nuestra mentalidad y nuestra opinión”. Daniela aseguraba que esta iniciativa les “ha cambiado la vida” una oportunidad que muchos niñas y niñas no pueden tener. Otra de sus compañeras, Andrea, aseguraba que “al ser más pequeños, podemos tener más imaginación y aportar cosas en las que lso mayores no piensan”. De la experiencia, los plenos de la Comisión o visitar a la Policía municipal han sido algunas de las actividades que más les han gustado. El “súperguay” de Daniela como resumen de su participación sirve muy bien para concluir que los menores están deseando ser escuchados y aprovechan al máximo la experiencia.

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