Los agentes, hicieron este descubrimiento tras acudir a ejecutar una orden de embargo y requerir la presencia de un cerrajero para abrir la puerta del domicilio. El inquilino, que se encuentra en paradero desconocido, fue identificado gracias a los datos aportados por el propietario de la vivienda y ahora se enfrenta a un posible delito por tenencia y venta de estupefacientes.
Ahora la investigación se ha trasladado a la Guardia Civil quien retomará las actuaciones pertinentes para poder localizar al inquilino de la vivienda.