Kelele África nació en noviembre de 2011 como una entidad sin ánimo de lucro para ayudar a la población de Kasenda, al oeste de Uganda, una zona en la que sus fundadoras, Eva Heinrich y Chelo Morueco, ya habían desarrollado actividades de voluntariado. Desde Torrelodones, esta Asociación quiere marcar una diferencia para la gente de esta comunidad. Las conocimos en el Workshop navideño de la Asociación Emprende-T, en el que se recaudaron fondos para sus actividades. Eva Heinirich fue la encargada de contarnos la historia y el trabajo de la ONG.
¿Qué es Kelele?
Kelele es una Asociación sin ánimo de lucro que trabaja en una zona rural de Uganda en la que no hay ni electricidad ni agua potable. Fuimos allí en 2011 como un voluntariado, y lo primero que hicimos fue crear un taller de costura para las viudas de la aldea. A la vez, estábamos trabajando en un colegio de Primaria dando clases de inglés a los niños y haciendo juegos, deportes, manualidades... de todo. Cuando volvimos, nos apeteció seguir con un compromiso más formal, por lo que creamos la Asociación Kelele África.
¿Y en este tiempo, qué habéis hecho?
Hasta ahora hemos estado ayudando en ese mismo colegio en el que empezamos, alimentando a los niños con un plato de comida caliente y pagando el sueldo de cuatro profesores y un director. El colegio ha crecido un montón gracias a eso. El taller de costura lo cambiamos de sitio, ha crecido, ya se han graduado 15 mujeres y un hombre y ahora tiene otras 15 estudiantes, apadrinadas por gente de aquí, que pagan sus estudios. Después de 15 meses de estudio, recibirán una máquina de coser cuando se gradúen. Así pueden empezar a ganarse la vida. También, este año hemos hecho un paritorio en la aldea, porque las embarazadas se tenían que ir a 35 kilómetros, al hospital más cercano. Nadie tiene coche, se tenían que ir en moto, la carretera es malísima... era urgente darles un servicio con gente cualificada. El paritorio, que funciona también como enfermería, se inauguró en agosto.
¿Y proyectos de futuro?
Vamos a crear una ecoescuela. Ya tenemos el terreno, vamos a empezar con el Jardín de Infancia, combinando el currículum ugandés y añadiendo valores de aquí, como el respeto, la tolerancia, la higiene, el respeto al entorno... por eso es una ecoescuela. Todo el dinero que estamos recaudando ahora es para construirla.
Son muchas cosas para el poco tiempo que tiene la Asociación...
Tengo que decir que hemos tenido muchísima suerte, porque en momentos tan difíciles como los que estamos viviendo en España y Europa, hemos recibido mucha ayuda y no sólo financiera, sino de gente que se ofrece a ayudarnos a todos los niveles.
¿Qué significa Kelele?
En swahili quiere decir 'grita', pero en Uganda se entiende más como 'ruido'. Y, como nos ha dicho allí el Ministerio de Educación, estamos haciendo mucho ruido en la zona.
En el Workshop de Emprende-T tenéis un puesto con artesanía. Sorprende lo viva y colorida que es.
La artesanía es igual que su gente. Son así de alegres, sobre todo los niños. No tendrán nada, van al colegio andando una hora y media, descalzos, comen una vez al día... pero no pierden la sonrisa nunca.
¿Qué hay que hacer para colaborar con vosotros?
Se pueden hacer socios, dando una pequeña cantidad al mes. O haciendo una donación al año. O se pueden ofrecer de voluntarios, con cualquier cosa que sepan hacer y que nos pueda venir bien para los proyectos que tenemos allí. Y si quieren venirse a África, nosotros encantados. Ahora también estamos buscando a alguien que nos lleve la web, que está muy desactualizada... todo este tipo de cosas nos vienen bien. Nos pueden encontrar en Facebook, allí verán nuestras noticias y todo lo que hacemos. Organizamos conciertos, porque los dos chicos que trabajan con nosotros en Uganda son músicos y bailarines. Dos veces al año vienen a España y hacemos cosas con ellos en los colegios, donde enseñan un poco la cultura africana. También ofrecen talleres de danza y de percusión.
¿A cuánta gente llega la ayuda de Kelele África?
En el colegio donde estábamos ayudando hasta ahora eran más de 300 niños, más los profesores y el director. En el taller de costura están las 15 alumnas, más tres antiguos alumnos que se han quedado con nosotros y la profesora. Y en el paritorio hay dos comadronas. También hemos hecho otras campañas, como una contra la malaria en la que regalamos un colchón, una manta y una mosquitera a todas las familias de la zona... de alguna manera u otra estamos ayudando a toda la aldea. Y en la ecoescuela también se va a dar trabajo a mucha gente local.
¿Por qué Uganda? ¿Por qué necesitan nuestra ayuda?
Porque hay una pobreza extrema. Nosotras ya teníamos niños apadrinados en Uganda hace años y conocíamos desde hace mucho tiempo su situación. Somos unas enamoradas de ese país.