Algunas de las conclusiones a las que ha llegado el Plan Estratégico de Torrelodones son bastante obvias, pero no por ello deja de ser necesario verlas, negro sobre blanco, para ver si nos entran en la cabeza.
Entre esas conclusiones, dice el Plan, que dependemos demasiado del vehículo privado. Introduzca aquí el lector, por favor, toda una serie de consideraciones sobre lo que supone vivir en un municipio con un término municipal compuesto por núcleos urbanos dispersos, dividido por una autopista y con una orografía particular. Todo esto tiene, desgraciadamente, poca solución. Tampoco parece tenerla el hecho de que cada vez se apueste menos por la promoción del transporte público, cada vez más recortado.
Pero parémonos también en un pequeño ejercicio de autocrítica: dependemos demasiado del coche, para lo que es necesario y para lo que podría no serlo, nos gusta ir con él a todas partes y, a ser posible, dejarlo aparcado en la puerta. Con esto no queremos, ni mucho menos, hacer de menos las críticas y quejas que, legítimamente, realizan los vecinos y comerciantes de Torrelodones. El aparcamiento -su ausencia- es ya un problema crónico del municipio y, en muchos casos, tiene poco arreglo. No, al menos, si todos queremos aparcar en el centro. Y entendemos que, en estas circunstancias, hasta la desaparición de cuatro plazas de aparcamiento despierte recelos entre los empresarios afectados. En este caso, además, se ha producido una suerte de juego del teléfono ‘escacharrado’ entre los comerciantes y el departamento de Urbanismo que esperemos que quede aclarado. Ahora queda que, efectivamente, no nos vayamos más allá de comienzos de 2014 con el nuevo aparcamiento disuasorio ejecutado. Si a esa actuación se le añaden nuevas paradas de autobús -con el Consorcio hemos topado-, puede suponer un importante alivio para el tráfico en el centro de Torrelodones.
Nos estamos acostumbrado a andar cada vez menos. Lo achacamos a la necesidad de hacer cuantas más cosas mejor en el menor tiempo posible. Vamos con prisas a todas partes y luego empleamos 15 minutos intentando dejar aparcado el coche lo más cerca posible, lo que no hace ningún bien ni a nuestras prisas... ni a nuestro humor. Precisamente en este número de ViveTorre hablamos de salud cardiovascular. Lo primero que recomienda cualquier médico para cuidar del corazón es, precisamente, andar. Y, al menos en el centro de Torrelodones, las distancias no son tan largas como para no poder permitirnos, de vez en cuando, olvidarnos del coche. Créanos, su corazón se lo agradecerá.