Miércoles 23 de abril de 2014
Es cierto que a ciertas calles les hacía mucha falta un asfaltado, pero hay algunas actuaciones que han delatado la falta de profesionalidad e imprudencia de la operación. En la calle Señora Sergia, la escasa señalización de un agujero que habían dejado al descubierto provocó que varios coches chocaran por la noche con la señal, hasta que un vecino decidió por su cuenta y su propia seguridad poner una silla. A los dos días, la silla, probablemente atropellada, había sido anónimamente sustituida por otra, sin que el problema encontrase todavía una solución real.
Los vecinos, que ya se habían quejado al Ayuntamiento sin recibir atención alguna, alertaron a la policía de la falta de visibilidad, ante lo que los oficiales colocaron dos conos luminosos. Después de más de una semana entorpeciendo la circulación, la situación todavía no se ha resuelto convenientemente.
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