Miércoles 23 de abril de 2014
El Ateneo vuelve a abrir sus puertas al arte. Y lo hace con un nuevo concepto. Un ateneo para todos los públicos y para todas las disciplinas artísticas, sin distinción de ningún tipo y con más expectativas que nunca. Estrena junta directiva y presidente desde el 11 de febrero. Se llama Rafael Mulero Valenzuela, y confiesa que la etapa 2012 del Ateneo empieza con la fuerza de una nueva ilusión y la experiencia de los 12 años de su historia. Mulero nos presenta a la directiva y nos expone los puntos programáticos más importantes del nuevo Ateneo.
Rafael, ¿cómo describiría al nuevo Ateneo?
De momento existe un pequeño problema, y es el concepto que hay de un ateneo, pues siempre se ha asociado a un lugar de encuentro de gente mayor, con cierto poder económico; y ahora lo que pretendemos es hacer desaparecer ese concepto y poner en marcha un ateneo con una amplia dimensión, incluyendo a los jóvenes en nuestras actividades. La etapa 2012 del ateneo quiere revitalizar la vida cultural del pueblo.
Usted perteneció al Ateneo…
Sí. Yo llevo 12 años en Torrelodones y la presidenta anterior me captó como socio. Siempre he tenido una inquietud cultural; escribo, hago poesía, narrativa…y con mucha ilusión me apunté al ateneo. Pero me di cuenta que había poco entusiasmo y poco dinamismo y me desencanté como muchos otros. Por eso, y con todas mis fuerzas en este proyecto, uno de los objetivos es recuperar a los que se fueron, mantener a los que están, y ampliar los socios actuales.
¿Qué requisitos hacen falta para ser socio?
El único requisito es mandar una solicitud y pagar la cuota anual de 48 euros. Ese dinero siempre irá destinado a actos culturales. Antes estaban establecidos unos premios y unas veladas literarias que seguirán existiendo, pero bajo otra denominación y bajo un prisma lúdico. En el Ateneo tiene cabida todo el mundo, siempre que haya respeto.
¿Qué disciplinas se incluyen?
En el blog del ateneo hemos incorporado poesía, narrativa, ensayo, gastronomía, fotografía…y no habrá distinciones en cuanto a calidad. Consideramos el esfuerzo de una persona cuando se enfrenta a un papel en blanco para escribir o a una escena para fotografiar. En nuestras actividades incluiremos música, danza, teatro, pintura…Todo esto se reflejará en la presentación del día 20 en la Casa de Cultura en la que homenajearemos a los que fueron presidentes en el ateneo durante su historia.
¿Cómo es la relación del Ateneo con el Ayuntamiento?
Tuvimos una reunión con la alcaldesa y parte de su equipo y nos recibieron con mucho cariño y atención. En ese momento no le hicimos ninguna petición, sólo queríamos darnos a conocer, pero próximamente firmaremos un convenio en el que por primera vez en la historia del ateneo se nos dará una subvención anual de 1.500 euros previa justificación de actividades.
Hábleme de la junta directiva
Los perfiles son muy variados. Antonella Pinto es la vicepresidenta del Ateneo. Socióloga y actriz. El secretario es Miguel Ángel Mur y ayudará al presidente en las labores de moderación. El vicesecretario se llama Carlos Barrio, periodista, aficionado a la gastronomía y con gran sentido del humor. Luis Pomed es el tesorero, abogado del Tribunal Constitucional y dotado de una gran ironía y honestidad. El equipo lo completan los vocales Melania Sebastián y José Luis Gómez; y un servidor que hará las funciones de Presidente. Todos estamos comprometidos a que esta etapa sea próspera y que nuestro pueblo pueda tener el nivel cultural que merece.
Y ahora de usted…
Soy un mal poeta y peor escritor. Un hombre sin malas intenciones, abierto, cercano. Me formé en las letras y obtuve en la Universidad Complutense la licenciatura en Ciencias Políticas. Llevo la poesía en el alma y empecé a escribir cuentos a los 12 años. Soy papá-abuelo de dos pequeños y, cuando me queda tiempo, escribo. Confieso que escribir me produce un doble sentimiento: el de felicidad, y el de infinita soledad cuando tienes que contar lo que tu alma siente. No escribo por ambición. Lo hago por satisfacción personal y como un deber conmigo mismo.
¿Quiénes son sus referentes?
Sabe usted, preferiría no darle nombres. En ocasiones al lector le encuadran dentro de la ideología del autor. Para mí eso no es significativo. En un poeta se busca la belleza, el desgarro, las imágenes vueltas al revés, cielos ocultos, suspiros abandonados y, siempre, el consuelo de la esperanza. Pero no deseo eludir su pregunta. Le mencionaré a uno de aquí, Jorge Manrique, y otro de allá, Walt Whitman. Aunque no me puedo contener: José Hierro, Ángel González, Jorge Guillén, José Ángel Valente, Gerardo Diego, Rafael Alberti, Juan Ramón Jiménez, Luis de Góngora, Francisco Quevedo…
¿Un libro de mesilla?
Estoy releyendo Crimen y castigo de Dostoievski, pero mi libro de mesilla es cualquiera de Tolstoi; Tampoco deberíamos olvidar lo que dijo Flaubert en una carta a su amante: “Qué sabios seríamos si sólo conociéramos bien cinco o seis libros”.
¿Torrelodones es un buen lugar de inspiración?
¿Cómo no habría de serlo un lugar tan bello y tranquilo? La naturaleza, su entorno, la sierra, sus gentes, la tranquilidad, el aire puro y vivificante. Los escritores y lectores, los artistas en general, pueden encontrar aquí su sitio.
¿Algo más que añadir?
Sí, porque desde la Junta directiva hemos cometido un error involuntario y me gustaría pedir perdón públicamente a los socios del Ateneo, a los que permanecen y a los que nos han dejado. Y es que a los que no asistieron a la asamblea extraordinaria no les hemos enviado aún la carta en la que nos damos a conocer, aunque está redactada, así que pronto se la enviaremos. Es muy probable que cuando esta revista llegue a sus manos la hayan recibido. Pero desearía que comprendieran que todo cambio supone en un principio algo de desconcierto y después mucho trabajo por hacer en el que estamos inmersos toda la nueva junta directiva. Ahora necesitamos que tengan confianza en nosotros y aquellos que por una u otra causa se apartaron del Ateneo que analicen nuestra labor y vuelvan a solicitar su ingreso.
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