Miércoles 23 de abril de 2014
Estos presupuestos presentados por el partido que ha logrado el gobierno de Torrelodones, por supuesto que con el voto en contra del anterior inquilino de la casa consistorial, parecen ser ni mejores ni peores, sino los únicos que se pueden presentar dadas las circunstancias. Se trata de seguir manteniendo la abultada nomina y contratos, no solo porque fue promesa de todos, sino porque no hay más remedio que intentar no provocar más paro, de mantener las infraestructuras mínimamente presentables, y destinar algo al llamado capítulo de propaganda...
Probablemente si hubiera ganado cualquiera de los otros partidos que han votado en contra las propuestas serían similares, porque no es hora de inventos diferentes a los que ya funcionan, sino en, como en el chiste, "virgencita, que me quede como estaba".
No estamos en situaciones como en Andalucía, donde parece que se reparte dinero sin justificar lo suficiente para que autoridades y conductores se lo gasten en burdeles, droga y demás fiestorros. Se trata del presupuesto de una localidad, un pueblo de la sierra, de apenas ventitantos mil habitantes. Si algo habría que criticar es como se ha llegado a una situación donde la mitad del presupuesto se la coma el capítulo de personal. ¿De verdad este municipio genera tanta burocracia? A lo mejor, como en los demás municipios, estos pasados años de abundancia han servido para dejarse llevar en el clientelismo colocando y colocando personal sin pensar que algún día esa burbuja acabaría por estallar, como algunos lo estaban anunciando desde comienzos de siglo. Porque no era normal comprar viviendas bajo plano al peso, sin mirar precios reales en razón de costes...
Parece que también Torrelodones ha caído en la trampa y ahora, y durante muchos años, va a tocar acostumbrarse a pocos festejos si se quiere cumplir con el capítulo social, empezando, claro, por la nómina.
Por eso, después de haber analizado los presupuestos cabe poca crítica ya que se hace lo posible ante una situación imposible..