Torrelodones

Erick Pescador: “El hombre no nace machista, se hace machista”

ESPECIALISTA EN MASCULINIDADES

Miércoles 23 de abril de 2014
El sociólogo y sexólogo Erick Pescador Albiach asegura que es la sociedad machista en la que vivimos la que hace que el hombre tenga la necesidad de reforzar su identidad de hombre, por encima de las mujeres. Se presenta como especialista en género, masculinidades y prevención de violencia.

Pescador participó el pasado 26 de octubre en la II Jornadas Técnicas contra la Violencia de Género que organizó la Mancomunidad de Servicios Sociales THAM en Torrelodones, cuyo discurso estuvo basado en “las nuevas formas de ser hombre” que para Pescador, deben de “inventarse lejos de la estructura tradicional, que es de violencia y de relaciones en desigualdad”.

¿Qué es para ti violencia de género?
Es una estructura que infringe dolor y se produce sobre las mujeres para sostener el poder masculino. Es un problema de hombres que sufren las mujeres. No se trata de una violencia que se ajusta a un arrebato puntual sino que se debe a una cuestión ideológica basada en el machismo y la desigualdad.

¿El machismo es violencia?
Sí, en cualquiera de sus estructuras. Puede ser a través de un golpe o de micro-violencia y en cualquier caso ésta última es la base y origen de la otra violencia que sale en los medios. El machismo es el elemento común de los agresores que piensan que las mujeres que tienen al lado vale menos que ellos. En definitiva hablamos de violencia machista.

¿El hombre nace machista?
No nacen machistas, se hacen machistas, porque estamos en una sociedad machista y porque eligen desde el poder que les otorga colocarse en ese lugar de dominación. No hay una predisposición biológica para tener ese tipo de comportamiento. Los hombres no nacen opresores.

¿Es la sociedad culpable de la violencia?
La sociedad en su conjunto es más que la culpable, la responsable subsidiaria, pues tiene la capacidad para cambiar las situaciones de jerarquía y de violencia aunque todo en último término depende de la voluntad de cambio hacia la igualdad por aparte de los hombres.

El género en nuestra sociedad es el que sostiene esa estructura de desigualdades que estamos tan acostumbrados a vivir. Acabar con la violencia machista pasa por un cambio de estructura social y de mentalidad, y si los hombres no nos ponemos las pilas somos cómplices de la violencia.

¿Cuál es la tendencia actual del hombre y la mujer?
Estamos en un momento complicado y bonito al mismo tiempo. Bonito porque se está produciendo un reconocimiento de estas discriminaciones y al ser más visibles serán más fáciles de combatir; y complicado porque muchas mujeres que luchan por el cambio ven que no termina de llegar y hay un cierto malestar, aunque los hombres poco a poco van girando hacia la igualdad. Cada vez hay más asociaciones de hombres contra la violencia machista, pero no debemos de pensar que el cambio ha llegado, porque entonces dejamos de luchar y nos quedamos a mitad de camino.

¿Y en los adolescentes ha cambiado algo?
No hay tanta diferencia con respecto a los adolescentes de hace 20 años en lo que se refiere al amor, pues la palabra amor en ellas significa entrega y en ocasiones se refieren a ella como entrega total. En el caso de los hombres apenas aparece la palabra entrega y compartir en su definición. Aquí se ve quien va a dominar la relación de pareja. Sin embargo, actualmente sí hay una evolución en la reivindicación de lugares propios; las mujeres cada vez creen mas en sus espacios independientes.

¿Cómo consideras el papel de los medios de comunicación en la sociedad actual?
Con el tema del lenguaje tenemos una batalla que ganar a nivel de género y de desigualdad. Sigue habiendo un lenguaje sexista y de dominación. En los titulares de prensa suelen aparecer los logros de la mujer como otorgados y los logros de los hombres como ganados y merecidos. En el caso del cine o las series de televisión, el 80 por ciento de los protagonistas y los salvadores son hombres y las que sufren son las mujeres y los momentos de aparición de ellos en escena son mayores que los de ellas. Y si hablamos de la publicidad, nos hartamos de ver la imagen de la mujer utilizada como reclamo masculino.

¿Qué es el proyecto Ulises?
Es un programa de educación que tiene el objetivo de prevenir la violencia de género desde las sexualidades y las masculinidades. Trabajamos desde hace once años, y hasta ahora, en los centros educativos de primaria y secundaria, directamente con el alumnado pero también con todos las gentes socializadores de su entorno: madres, algún padre, profesorado, etcétera. Y lo trabajamos con distintos talleres en cuya base está la detección de desigualdades. Es a partir de la detección desde donde se puede producir el cambio. En cuanto al trabajo desde las sexualidades, intentamos desarrollar lo máximo posible el control sobre nuestro cuerpo; cuanto más poder y conocimiento tenemos sobre él, más capacidad de decisión tenemos y más lejos estamos de vivir una situación de violencia.

¿Por qué dices “hasta ahora”?
Porque el proyecto no puede seguir adelante por falta de financiación. Después de 11 años trabajando de forma efectiva en la igualdad y haberlo presentado a ayuntamientos y consejerías, no hemos encontrado apoyo económico a pesar de su éxito. Parece que el problema de la desigualdad en la sociedad no es una prioridad. A nivel político el cambio social no tiene rentabilidad porque construir relaciones igualitarias anula las jerarquías y esto no le interesa a ningún modelo de poder.

¿Qué podemos hacer?
Trabajar desde nuestra posición con ambos géneros en la prevención. La igualdad tiene que ver con nuestra capacidad de ser hombres y mujeres libres a todos los niveles y todos somos responsables de este trabajo.

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