Miércoles 23 de abril de 2014
No es un efecto óptico. Así se encuentra una marquesina a la entrada de la Berzosa, completamente torcida. Y aunque la imagen pueda resultar curiosa, y hasta graciosa, supongo que nadie se atreverá a sentarse bajo un techo que se inclina hacia el suelo y supongo también que si no lo arreglan pronto habrá que esperar al autobús encima de un montón de hierro si antes no se cae encima de algún vecino…