Miércoles 23 de abril de 2014
La velada literaria de este mes contó con la presencia del periodista y escritor Andrés Aberasturi. Convencido de que no va a pasar a la historia ni de la literatura ni del periodismo, de las despedidas .
Para saborear a pequeños sorbos, esta obra es un denso grito cargado del pesimismo y la ternura resultantes de aceptar una vida vivida entre el desamparo y la esperanza, y a través de él, cuenta a su hijo Cris, con parálisis cerebral, el recorrido desde su nacimiento. El determinismo y pesimismo objetivo con el que se identifica: “La vida tiene un proyecto para nosotros”; “individualmente la gente me gusta, pero optimista no soy; no lo puedo ser porque lo que ocurre por la vida es muy decepcionante. Pero estoy contento conmigo mismo”, tiñó una tarde en la que se charló de otros interesantes temas, como el del eterno dilema de la desaparición de los libros: “el papel está condenado a morir. Los editores tendrán que cambiar sus estrategias” dijo, convencido de que los nuevos soportes son tan inevitables como lógicos.
M&M
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