Torrelodones

Una voz de catorce acentos

Miércoles 23 de abril de 2014
La poesía parece siempre la gran olvidada de las letras. Qué mejor marco que el 2010, Año de la Cultura en Torrelodones, para editar un libro que recoja la poética de hombres y mujeres de este rincón de la sierra.


547 días de trabajo, organización y coordinación precedieron a una gala de presentación que tuvo lugar el pasado 19 de abril en el Teatro Bulevar. Una muy cuidada escenografía sumada a la profesionalidad de Javier Quero en la conducción del acto, hicieron que el público asistente disfrutara en la intimidad de “Torrelodones, pueblo de poetas”.Aquí “la poesía campa a sus anchas” manifestó Laura Victoria Valencia, impulsora de un proyecto que, gracias al patrocinio de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento, el apoyo del Ateneo y la editorial Sial, ha sido posible y se ha consolidado en una obra sugerente y hermosa que recoge diferentes acentos y miradas de 14 poetas de nuestro pueblo.

Desde un escenario preparado como un café de tertulias con piano incluido, el público paladeó las letras y sintió cada particular latido que manaba desde el atril; los de Alberto Alonso, Alejandro Casado, Antonio Tormo, Celia Aguadero, Enrique Muñoz, Fernando Jiménez-Ontiveros, Javier García del Santo, Rafael Mulero, Juan Van-Halen, María Luisa Turrell. Entre los más aplaudidos: “Indolencia”, el poema de la afro-hispano-americana Laura Victoria Valencia, con el que se abrió la velada. Poesía comprometida impresionantemente declamada por su autora en la que denuncia y condena la hipocresía de una vieja Europa que ha olvidado el drama africano; la italiana Antonella Pinto con un original e intenso enfoque “Me despeiné”; la poesía de la desaparecida Nélida Casado, vigorosa, carnal, evocadora; y la popular Trinidad Muñoz, sin papeles, desde su proverbial memoria y a sus 96 años, como no podía ser de otra manera, recitó el poema titulado “Torrelodones”. Dos botones de muestra:

El Parto

Parto es eco de nubes tormentosas.

Veo cuatro y la primera asoma albina.

La envuelve una sonrisa y una espina
Que habla de una ilusión hecha de rosas.

Azul es la segunda: Negras fosas
Ábrense bajo el suelo. Cada esquina
Del lecho, es una sombra que alucina
Tornando a las pupilas más vidriosas.

Es la roja la tercera y se desata
Cual tempestad que ruge y desbarata
El pulso, con eléctrico alarido…

Turbia y gris es la cuarta: a veces mata.

La fuerza cede al fin: llanto de plata
Rasga el pesado clima… ¡Se ha parido!

Nélida Casado

De: “Trasquilones Pelos y Señales”


Me afeité la cabeza para afeitar mi ego.

Creía que sin pelo encima
Podría enseñar por fin mi alma en cueros.

Sentirme un género, una casta,
Una especie sin atributos.

Quería mostrar al mundo y a mí misma,
La irrelevancia de ser yo o ser otra.

Así dejar de tener nombre, juicio
Y carné de identidad.

Quitarme el peso de ser alguien.

Antonella Pinto


Noticias relacionadas

© MasVive-Noticias del Noroeste de Madrid 2025 https://www.masvive.com/