Miércoles 23 de abril de 2014
Senegal es el punto de partida de muchos africanos en busca del “sueño europeo” que destella en la cercana costa canaria. Un viaje demasiado caro y cargado de engaños en el que se juegan la vida y del que se empiezan a desengañar en cuanto parten. La tierra prometida no es más que un desierto de desesperanza y marginación.
Una mentira que no pueden desvelar a los suyos y que, por tanto, sigue alimentando la rueda de la inmigración.
Dentro de los diferentes eventos que ha tenido la Semana Cultural, y en el marco del Año de la Pobreza y la Exclusión Social, el Ayuntamiento de Torrelodones invitó entre los días 12 y 18 de abril a la ONL (Organización No Lucrativa) COMFRICA, con el fin de concienciar sobre la trágica realidad del éxodo del pueblo senegalés a tierras españolas y mostrar la labor educativa que desarrolla en Darouh Rahmane.
Esta labor de concienciación se ha llevado a cabo con tres actos: la exposición “Compromiso África” con muestras de artesanía y pintura senegalesa de Abdoulaye Fall, joven de 16 años totalmente autodidacta que, combinando materiales naturales y reciclados con óleo, plasma la tragedia que marca tanto a los que se van como a los que se quedan; en la sala Rafael Botí, “Piel de Éxodo” en la que el Colectivo Coordinada F7 presentó un montaje fotográfico con un simulacro de lo que sería la vista de una inmigración/emigración hecha al revés, es decir, con los europeos arribando a costas senegalesas y siendo recibidos por africanos; se proyectó también el documental “Cayuco” que plasma en imágenes cómo quedan las familias, lo que cree el que llega a España que se va a encontrar y lo que realmente se encuentra cuando llega.
Nieves, responsable de COMFRICA en Madrid, nos cuenta: “el 90% de los jóvenes senegaleses aspiran a embarcarse para llegar al primer mundo, donde creen que van a hallar solución al problema de las escasas perspectivas de futuro de su zona. El primer desplazamiento que hacen es desde toda la zona subsahariana a la costa senegalesa donde embarcan hacia Canarias”.
“El corto trayecto les lleva días; saben cuándo salen pero no cuándo van a llegar y, muchas veces, no llegan. Es dramático; son engañados desde el principio. Desconocen que van a ir en cayuco y piensan que han pagado una plaza en un barco de línea regular. La primera sorpresa negativa llega cuando se lo encuentran. Se les calma con la mentira de que esa barca sólo les va a llevar al barco grande que los espera en altamar. Eso les cuesta entre mil y dos mil euros a personas que no tienen ningún tipo de recurso”.
“El pueblo senegalés es extremadamente solidario con los más necesitados de su entorno y tienen un gran afán de superación y mejora. Cuando un miembro de una familia va a viajar es ayudado por todos los demás. Por eso, luego no les llega la información de la realidad que se encuentran, ya que no se atreven a desmontar la ilusión de los que se quedan; no pueden contarles que el sueño europeo es un top-manta en la calle; no quieren preocuparles ni decepcionarles contando para qué no ha servido realmente el dinero y la esperanza invertidos.”
Desde que en el 2008 se constituyó oficialmente COMFRICA, su foco de actuación ha estado centrado en Darouh Rahmane, a 28 km de Dakar. Su objetivo es poner un granito de arena en que la juventud senegalesa pueda formarse en su propio país y recobrar así la confianza en poder desarrollarse en su hábitat, sin necesidad de emigrar a otro país. “Poseen una cultura tremendamente rica y lo que se pretende es que crezcan y aprendan en ella sin menoscabar sus peculiaridades culturales, no hacerlos dependientes de programas de ayuda o europeizarlos. La tasa de no-escolarización ronda el 70%. Aún así, la educación pública está masificada y para ellos es muy cara. Actualmente todo lo recaudado por COMFRICA se destina íntegramente a la escolarización de niños, becando a aquellos que son seleccionados por nuestro socio local que da preferencia a los que no tienen padres, los que provienen de familias desestructuradas o, simplemente, los que no tienen ningún medio. Para que os hagáis una idea, un libro de texto lo comparten 160 niños; otros, no pueden ir a clase porque no tienen ropa. Nuestra beca cubre su formación básica obligatoria, el material y la ropa, y les aseguramos una continuidad. A los que se les ve con capacidades para estudios superiores se les ayuda a conseguirlo.”
De momento “en la Casa de la Cultura nos hemos dado a conocer. Los torresanos se han volcado con nosotros y nuestro proyecto educativo en Senegal, comprando a un precio justo toda la pintura y artesanía africana que presentamos, y haciéndose “compromisarios” con aportaciones económicas mensuales. Con 5 euros se beca una matrícula de un niño un año completo; con 10, la matrícula y el material escolar y con 20, además el uniforme. Aceptamos todo aquello que pueda ser útil: aportaciones de empresas patrocinadoras y donativos de material escolar, ropa o medicinas”, nos dice Nieves.
A partir de este año, el Ayuntamiento va a organizar “Torrelodones Solidario” en el que se premiará cada año la labor de una ONG de la zona con actividades que favorezcan su crecimiento. COMFRICA espera ser seleccionada uno de estos años.
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