Miércoles 23 de abril de 2014
Toda una vida dedicada a ayudar a los demás sin esperar nada a cambio. Una labor desinteresada, nunca ha recibido nada, o sí, algo mucho más valioso, una muestra de amor, de cariño y de gratitud, eso es lo único que le da fuerzas para seguir con su labor de ayuda a los más necesitados y sin tener que salir de Torrelodones. Ahora ese trabajo se ha reconocido públicamente.
Joaquin Villalba llegó a Torrelodones hace unos 26 años huyendo de los atascos de la ciudad. Una persona emprendedora, toda su vida ha tenido empresas propias hasta que su delicada salud le pasó factura y tuvo que jubilarse muy a su pesar. Su gran fortaleza y positivismo le hicieron seguir adelante y sobre todo seguir trabajando, pero en otra dirección; ahora su trabajo se centra en ayudar a los demás, en ayudar a todos los vecinos de su pueblo.
Siempre ha estado muy vinculado a la ayuda humanitaria, ¿cómo fue?
Desde que me diagnosticaron mi enfermedad, en lugar de quedarme encasa, tuve muchas ganas de vivir y de hacer cosas. Estuve dando catequesis y en Caritas. Siempre me ha gustado ayudar a los demás, no hace falta irse a Angola, aquí hay mucho que hacer. Ayudaba a la gente con gestos insignificantes, por ejemplo estuve ayudando a 12 viudas a salir de ese trance; siempre que venía al pueblo me encontraba con un hombre que subía por la cuesta con una muleta a coger el autobús, yo paraba con mi coche y le dejaba en la parada, cosas que no me cuestan trabajo y que la gente agradece mucho. Me siento muy gratificado en el momento en el que ayudo.
Después entró en el Club del Jubilado.
Estuve durante muchos años en el club, hasta que un día me nombraron presidente, cargo que ocupé durante 8 años. Lo tuve que dejar porque no podía hacer nada de lo que quería. Yo quiero trabajar por y para los jubilados. Quiero defender a las personas que estén más o menos solas, que es el azote mayor de la sociedad, y por eso también fui miembro de la Comisión de la Junta de Mayores.
¿Qué quería hacer realmente y no pudo?
Mi idea era formar una familia de jubilados, no un club. Lo que quería es que unos y otros se pudiesen ayudar. Si un día uno estaba malo en casa y necesitaba ir a la farmacia, que llamase a otro jubilado y que le ayudara, pero no pudo ser. Entonces se me ocurrió crear una asociación.
Y así es como surgió la Asociación Tiempos Mejores…
Sí. Durante 11 años hemos sido grupo de teatro, en donde junto con Miguel Álvarez, como director, llegamos a conseguir 5 premios en Madrid. Fue una época muy buena. Cuando el director dejó su cargo se formó la Asociación, y ya son 5 años.
¿Qué actividades se hacen en la Asociación?
Tenemos cine, conferencias, bailes, podólogo en casa, y lo mejor de todo son los viajes, en donde somos una familia, todos nos preocupamos de todos. También hemos hecho donaciones a niños de Nicaragua. Ahora estoy buscando un local, porque hace falta un lugar de encuentro, y así podremos hacer más actividades, como reuniones con jóvenes que es lo que quiero pero es difícil.
¿Cuántos socios sois y qué hace falta para entrar en la Asociación?
No te lo podría decir, seremos unos 120 ó 130 personas. Aunque en los viajes llegamos a los 160. Los socios pagan una cuota simbólica de 3 euros al mes. Todo el mundo que quiera puede participar en las actividades que programamos mensualmente.
Ahora ha firmado un convenio con el Ayuntamiento, ¿en qué consiste?
Es un convenio en el que el Ayuntamiento nos cede las instalaciones para poder utilizarlas. Lo malo es que es difícil porque siempre están ocupadas por lo que no podemos usarlas todo lo que quisiéramos, así que estamos igual.
Ha recibido el Premio Vértice 2009, a propuesta del Ayuntamiento. Un premio que reconoce la labor humanitaria y social. ¿Qué significó para usted?
Tengo que decir que este premio se lo dedico a mi mujer, en la ceremonia no lo dije porque me dio vergüenza nombrarla, pero sin su permiso y consideración no habría sido posible, el 50% de mi trabajo es de ella. Me hizo ilusión porque se reconoce el trabajo, pero es una cosa más en el camino, habrá gente que se lo merece más que yo como puede ser el Minifútbol o la Escuela de Pensamiento Matemático. La verdad es que soy un hombre con suerte porque hago lo que me gusta y me dan un premio. El día que me dieron el premio me llamó la atención que fueron a arroparme cinco chavales a los que quiero mucho y que me ayudan mucho.
¿Piensa que están cubiertas todas las necesidades en el municipio?
No. Por ejemplo, yo crearía la llamada Oficina del Consumidor del Mayor, un sitio donde los mayores se sientan cobijados y amparados, nada que ver con lo que hace Servicios Sociales.
Por último, ¿Qué siente cuando ayuda a los demás?
Es una forma de vida, mis problemas desaparecen cuando ayudo a los demás. No tiene mérito, es innato en mí. Creo que no podemos encerrarnos en casa porque hay mucho por hacer, simplemente hay que ser persona y dedicar un poco de nuestro tiempo para los demás. Podemos hacer más de los que hacemos.
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