Torrelodones

HIPATIA: LA DERROTA DE LA RAZÓN

Miércoles 23 de abril de 2014
El Ateneo de Torrelodones, convocó, el pasado jueves 5 de Noviembre, a la presentación de la novela “Hipatia de Alejandría” cuyo autor es Luis de la Luna Valero, vecino de los Robles. Es éste el primer título de una trilogía que se completa con: “El Triunfo de los Bárbaros”, y un tercero, todavía sin publicar: “La Sombra de Atila”.

Con este libro, que ya va por la segunda edición, con más de 8.000 ejemplares vendidos desde mediados de septiembre, nos da a conocer a los más profanos al personaje de Hipatia, que al igual que el dibujado por Amenabar, es un atronador y dramático canto a favor de la libertad de ideas, pensamiento y palabra. Un vibrante poema de respeto hacia la convivencia pacífica y respetuosa en la divergencia de opiniones.
Luis, pregunta ineludible, ¿Has visto la película de Amenabar?
Sí, y me parece muy interesante y recomendable, pero opino que hay que verla sin olvidar que se trata de un lenguaje cinematográfico, sin intentar extraer consecuencias más allá o mensajes sesgados ni en un sentido ni en otro.
¿Crees que respeta al personaje?
Respeta al personaje a lo mejor tan en exceso, que lo vacía de humanidad. Un libro, a mi juicio, nos permite entrar más en esa dimensión humana; su dimensión de mujer en todos los sentidos. Una mujer que siente y padece, que tiene amores, sufre, se alegra y se ofusca con el mundo que le ha tocado vivir. Mi Hipatia es más humana porque el lenguaje literario te permite acercarte más al personaje.
¿Por qué eliges este personaje?
Descubrí a Hipatia hace 30 años, leyendo e investigando sobre aquella época de cambio de ciclo social y mental. Un momento histórico muy interesante en el cual, el devenir político se invierte y las ideas, digamos perseguidoras, pasan a ser perseguidas. Este personaje es luminoso por varias razones. Es una mujer filósofa y defiende las ideas clásicas aún a riesgo de perder la vida. De hecho, es asesinada de forma brutal. Fue sacada del carrito que utilizaba para ir a dar sus clases y despedazada. Siendo, como era, público y notorio su ideario, su defensa a ultranza de la tolerancia, del amor por una convivencia pacífica y por la libertad, los que encargaron su asesinato, los poderosos del momento, no debieron sentirse muy orgullosos del hecho y le echaron tierra encima. Tiene interés a su vez, porque es un personaje profundamente simbólico; representa el fin de la época clásica y el advenimiento de lo que será la oscura Edad Media. A su vez, resulta sorprendente el peso de esta mujer en un mundo de hombres como era la Alejandría del año 400. En aquel mundo no debió de ser nada fácil llegar a ser una autoridad en matemáticas, astronomía y filosofía, y aún más difícil, que esa autoridad fuese reconocida por sus iguales varones hasta el punto de ser aceptada como profesora en el Museum, equivalente a la Universidad de la época. Es posible que su padre, destacado director de la escuela neoplatónica, tuviese mucho que ver con su excelente formación, pero su espíritu, casi renacentista, debió de elevarse mucho sobre su aprendizaje para ser aceptada en tan reducido círculo. Hipatia es una lección de tolerancia que, desafortunadamente, todavía no hemos aprendido. Hoy en día se sigue apedreando a las mujeres por llevar unos vaqueros. El mensaje que le subyace no es político ni radical. No es un ataque al cristianismo si no al integrismo ideológico del signo que sea y sus consecuencias. Ese que hace que las ideas se conviertan en una fe de vida; que se hagan tan excluyentes que alteren todos los órdenes sociales y lo que es peor, la convivencia entre las gentes sencillas.
Estamos ante una novela. ¿Dónde están en este caso las licencias literarias?
Desde un punto de vista histórico la novela es rigurosa en lo que se refiere a fechas, situaciones y panorama político y social. Las licencias literarias están en cuestiones de tipo estructural; en personajes que no existían, que están en la obra y que sirven para apoyar a los personajes reales; para sacar de ellos, precisamente, esos matices de humanidad de los que hablábamos anteriormente. Dentro de ese contexto de rigor, la novela pretende dar lugar a la reflexión y, cómo no, divertir. Incluye un viaje iniciático a Constatinopla donde unos encuentran su destino. Otros, sin embargo, continúan hasta Persia, lugar donde también hay una religión de corte radical e integrista. Estamos hablando de la Persia de la religión de Zoroastro, en un momento histórico en el cual, dicha religión a su vez, se hace brutalmente intransigente con el cristianismo.

¿Algún otro proyecto en Torre próximamente?
Sí. Debido a la buena acogida que estamos teniendo, se está organizando una segunda presentación de la novela en Torreforum, seguida de mesa redonda para todos aquellos que estén interesados en el personaje, la época y/o en las semejanzas/diferencias que, del mismo, pinta Amenazar. Estáis invitados.





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