Miércoles 23 de abril de 2014
Últimamente ya nos vamos acostumbrando a que los Plenos Municipales sean noticia por algún que otro incidente. En el de mayo, el alcalde desalojó el salón después de que los vecinos y concejales del Psoe y de Izquierda Unida se manifestaran con pancartas alusivas a los terrenos del ayuntamiento que se iban a destinar para la construcción de un colegio concertado.
Aquella reivindicación parece que no ha cesado ya que incluso se convocó a los vecinos a manifestarse en la plaza del Ayuntamiento. El pasado pleno fueron los vecinos de Jaraquemada quienes, tras el turno de ruegos y preguntas de los concejales, quisieron intervenir para que se les explicara las gestiones sobre la supuesta usurpación por parte de una constructora de ciento y pico metros cuadrados de sus zonas comunes para la construcción de viviendas. Allí se encontraba una numerosa representación de vecinos de esa urbanización, nerviosos, incluso exaltados, tratando de que alguien les diera una satisfacción después de meses de reuniones, escritos, juicios, y demás trámites que les desbordan y a lo que no están acostumbrados. Este ayuntamiento no tiene reglamentado las intervenciones de los vecinos en un turno de ruegos y preguntas y fueron silenciados inmediatamente por el alcalde, lo que sentó a cuerno quemado a algún que otro vecino y no faltaron insultos personales…
Y es que lo de Jaraquemada no tiene buena pinta. Por mucho que el arquitecto municipal, como Pilatos, se haya lavado las manos manifestando en el juzgado de Villalba que a veces los planos del catastro y los límites de las parcelas no tienen por qué reflejar la realidad. Una realidad que a lo que se ve, beneficiaba a los vecinos e iba contra la actuación de la constructora. Los vecinos esperan ahora el juicio contra la otra empresa constructora, Geficsa, que dicen fue quien registró fraudulentamente la propiedad ahora en discordia… Los vecinos han pagado durante veinte años los correspondientes impuestos por esos metros que ahora el arquitecto dice que no son suyos… Aquí habría que recordar aquello de que la mujer del César, además de ser honrada debe parecerlo. La supuesta actuación usurpadora de Geficsa, la forma de proceder de Mavepa, la precisión de las manifestaciones del arquitecto municipal, y la intermediación fallida del concejal de Urbanismo han dejado un sinsabor que difícilmente tendrá reparación.
Lo de Jaraquemada no huele bien. Habrá que investigar, claro.
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