Miércoles 23 de abril de 2014
La clásica procesión cargando con ramas de olivo y palmas para su bendición, el Domingo de Ramos, dio comienzo a la serie de procesiones, misas y actos que se celebraron durante toda la Semana Santa en las respectivas parroquias de la Asunción de Nuestra Señora (el Pueblo), San Ignacio de Loyola (la Colonia) y Nuestra Señora de La Merced (Peñascales). Así, el Jueves Santo se celebró la procesión del silencio en el entorno de la Iglesia de la Asunción. El día siguiente, Viernes Santo, en el Vía Crucis Procesional se cargó con pasos La Piedad, el Cristo Yacente o La Dolorosa; y culminó el Sábado Santo con la Procesión de la Soledad. Sin duda, lo que más resonó de toda la Semana fueron los doscientos cincuenta tambores de las cofradías de San Joaquín y la Virgen de los Dolores y de Jesús Camino del Calvario, venidas ex profeso para la ocasión desde Zaragoza. Se trata de dos de antiguas cofradías de la capital aragonesa, que en cada noche de Miércoles Santo protagonizan un encuentro en la Plaza del Pilar desde el año 1941, al cual asistió este año nuestro alcalde, Carlos Galbeño, dentro de los lazos de hermanamiento que se han tendido entre ambas localidades. Las dos cofradías mañas participaron en la procesión del Sábado Santo y del Encuentro, el domingo de Resurrección, en Torrelodones, en las que hicieron sonar sus tambores acompañando a la Hermandad del Santo Cristo y la Dolorosa, perteneciente a la Iglesia de la Asunción, y a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, correspondiente a la Parroquia de San Ignacio. Era la primera vez que ambas cofradías coincidían en un acto conjunto fuera de Zaragoza; una colaboración que ilusionó a los vecinos (y desbordó de tamborileros los bares de Torrelodones la noche del sábado). Tras las procesiones desde las respectivas parroquias, el encuentro entre el Cristo y la Virgen se realizó el Domingo de Resurrección en Torreforum, donde se ofició una misa, que contó con la participación de la Banda de Música.
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