Miércoles 23 de abril de 2014
Los numerosos contadores y cuadros de luz y agua que aparecen destapados al alcance de cualquiera no sólo suponen un riesgo para los niños, cuya curiosidad les incita a tocarlo todo, sino también aumentan el riesgo de incendio por cortocircuitos y pueden inducir a la manipulación de los contadores. Además, suponen una evidente contaminación visual. Tanto los responsables de las empresas como los propietarios y trabajadores municipales deberían responsabilizarse de mantener las tapas en su lugar.
Noticias relacionadas