Bandera con trampa

No hay que ser un genio para darse cuenta de la manipulación política que se ha realizado a cuenta de la renovación de la Bandera Verde-Ciudad Sostenible al ayuntamiento de Torrelodones, que le fue concedida durante ocho ediciones. Si los nuevos criterios han cambiado a la hora de la concesión, como dice el comunicado de la organización que lo concede, precisamente un organismo vinculado al ministerio de Medio Ambiente, no se entiende que el treinta de mayo ese organismo comunicara oficialmente al ayuntamiento la renovación de la Bandera Verde, posteriormente el 5 de junio solicitara qué personas acudirían a recoger el galardón convocado en el Hotel Ritz de Madrid, y el mismo día 22, durante el acto, se le comunicara al Alcalde que como los criterios habían cambiado ese mismo día se retractaban de su concesión y Torrelodones perdía la susodicha banderita. Y todo ante las cámaras de Caiga quien Caiga, quienes, al parecer, estaban enterados de la entrega trampa y se prestaron gustosos al espectáculo, por supuesto, dando la versión menos favorable a Torrelodones y ocultando parte de la verdad para hacer más gracioso el programa.

Aquí alguien se cree que ha colado un gol en la portería del PP, cuando en realidad lo que se hace es perjudicar la imagen de todo el pueblo. Cualquiera que conozca otros municipios con la banderita verde comprobará que en la negativa han surgido criterios políticos, que no puramente “sostenibles”. Qué tiene que ver el futuro desarrollo del Área Homogénea Norte con la actual situación medioambiental del municipio.

La concesión y correspondiente marcha atrás, y la manera de exponerlo ante las cámaras, en el acto de entrega sólo tiene una lectura: La trampa política estaba preparada. Y como está de moda meterse con los del PP, pues qué mejor oportunidad para intentar ridiculizar ante la opinión pública a un municipio que lleva tiempo, quizá demasiado, en manos de la derecha.

A partir de ahora, cada vez que se nos hable de la banderita verde-ciudad sostenible sospecharemos de la parcialidad de sus decisiones y de la poca calidad de sus criterios dada la trampa sufrida por este municipio, que es envidiado por su calidad de vida. ¿O no?