¡Tengo mieeeedoooo!
miércoles 23 de abril de 2014, 12:06h
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Un ilusionado trabajo de veinte personas de la Concejalía de Juventud y las Asociaciones “La Mano del Camaleón” y “Minas Morgull”, hizo posible que no se aguara la fiesta de Halloween programada para el viernes 29 de octubre. Las previsiones de lluvia que venían de la mano de ese fin de semana, obligaron a estos chicos y chicas a trasladar
el “pasaje del terror” que tenían previsto, del minigolf de Pradogrande al Parque JH, en menos de 24 horas.
La Casa de la Juventud se transformó en un oscuro edificio laberíntico enclavado en un siniestro parque, que unos visitantes, tan atrevidos como miedosos, recorrían entre gritos y risas, siguiendo la senda de rastros de un espantoso crimen.
Hasta las once y media de la noche pudieron ir entrando, de cinco en cinco, los que esperaban bajo el tejadillo de la puerta de la Casa de la Juventud. El investigador de un horrible asesinato los recibía en un despacho, antesala de un negro laberinto de parpadeantes pequeñas luces que, ahora sí ahora no, mostraban palideces necesariamente mortales, rojeces necesariamente sanguíneas y reflejaban pringosas telas de araña que, con su grimoso roce, arrancaban los grititos que animaban el obligado via crucis hasta el “cementerio de los muertos vivientes”. Para cerrar el misterio y encajar la última pieza, un húmedo hilo de sangre subiendo las escaleras delataba el escondite donde se regocijaban las dos malísimas asesinas con un tenderete de fotos-trofeo, clara prueba de sus terroríficas hazañas. Pasado el susto, la sala de arriba decorada para la ocasión y ambientada con buena música, supuso el mejor lugar donde comentar la jugada de la noche.
“Inicialmente, este pasaje de terror estaba programado y dirigido a chicos y chicas de 12 a 17 años, pero finalmente hemos aceptado a todo el mundo” nos dice Verónica. “Esta “Halloween Horror Party” la organizamos todos los años. Estábamos muy contentos por tener la posibilidad de hacerlo esta vez en el minigolf de Pradogrande ya que se trata de un espacio abierto que nos hubiera dado mucho juego, y más por la noche. Pero se aseguraba lluvia, por lo que hemos tenido que cambiar todo lo pensado y preparado, y adaptarlo, en un tiempo record, a la Casa de la Juventud del Parque JH” nos susurra, mientras sus compañeros siguen a tientas grapando telas a una pared y el primer grupo de valientes miedicas está a punto de entrar.
Más avanzada la noche, un taller de caracterización enseñó a unos cuantos interesados cómo hacerse heridas y efectos de sombras, con los mismos materiales usados en el mundo del teatro y del cine. El concurso de disfraces, en cambio, tuvo que ser cancelado por la poca participación.
Una mayor publicidad entre los jóvenes, de este tipo de actividades, y un mayor número de ellas, ayudaría a que muchos de estos se plantearan una opción alternativa a dar vueltas “como zombis” por los pasillos del Centro Comercial, para sus tardes de viernes y sábados.
Por lo demás, resultó difícil diferenciar quién disfrutó más, si organizadores o visitantes.