Educando hacia el futuro

No hay tópico que no tenga su base cierta y así, vemos que nuestros niños, o sea, nuestro futuro, marcha bien encaminado, teniendo en cuenta que, tal y como afirman desde el Ayuntamiento, nuestro municipio es el que tiene menor índice de fracaso escolar de la Comunidad de Madrid. Sin embargo, también aseguran en un reciente comunicado oficial que los padres han preferido la educación concertada para sus hijos, aunque vemos por ejemplo que el Instituto Diego Velázquez, que este año ha tenido una explosión del alumnado, ha llegado al noventa y cinco por ciento de su capacidad, una cifra que no han alcanzado los cursos correspondientes de otros centros. La educación, tanto pública como privada de Torrelo- dones se ha distinguido siempre por su calidad, con centros públicos cuyas instalaciones y modernidad no tienen nada que envidiar a las de los centros privados. Así, el colegio público Los Ángeles dispone de dos aulas de informática, con un ordenador por alumno, y la posibilidad de utilizar las instalaciones y la piscina del cercano Polideportivo, por citar sólo algún ejemplo. Además de estrenar un nuevo centro concertado, el resto de colegios se inauguran con avances y mejoras en las infraestructuras, si bien los centros siguen reclamando al Consistorio más apoyo, más financiación,... Que no dejen de lado la fundamental y prioritaria tarea de la educación.

Son muchos profesionales y es mucho el esfuerzo que se está poniendo para que los centros – todos ellos – ofrezcan una educación integral, que, sin dejarlo de lado, no se limite a buscar el éxito académico, sino que inculque a los niños unos principios que les ayude a formarse como personas; a adquirir valores firmes que, aunque con diferentes matices, tengan el respeto mutuo como base común. Esta formación integral no es responsabilidad única de los profesores ni de los padres ni de los gobernantes. Es el conjunto de la ciudadanía, en este caso, el conjunto de vecinos de Torrelodones, quienes tenemos que procurar que cada paso que demos lo hagamos con conciencia, con coherencia; que cada gesto o decisión que tomemos no traiga el daño ajeno; que cada sentencia nuestra pueda ser repetida con orgullo por nuestros espejos, que son nuestros niños, y así, por mucho que suene a tópico, nos garantizaremos entre todos un futuro mejor.