29 de marzo de 2024, 13:19:53
Reportajes


La Berzosa, la ciudad que quiso ser autosuficiente

Por Lucía Oliveras


Está a punto de cumplirse medio siglo desde que se aprobó el Plan Parcial de La Berzosa. En su momento fue el proyecto de urbanización para la clase media más grande de Europa, una ciudad que buscaba ser autosuficiente en plena Sierra madrileña y a escasos 30 kilómetros de la capital. Su confusa gestación truncó la idea original y en cierta forma ha dejado herencia en su estructura y funcionamiento. En los años 80 se barajó la “independencia” o unirse al municipio vecino de Torrelodones, debido al abandono en servicios que sufría. Hoy sus 1.313 propietarios disfrutan de una ubicación privilegiada pero también afrontan un reciente y criticado acuerdo de recepción de la urbanización por parte del Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares, así como la amenaza de un aumento de la presión urbanística por Plan de Urbanización de la Universidad Nebrija, anunciado desde hace años.

Quien ha documentado al detalle la cronología de este hito urbanístico es el abogado y escritor Gonzalo de Luis, que señala que la Ciudad Residencial de La Berzosa fue “producto de su tiempo, del desarrollismo, del planteamiento desproporcionado y la endeble financiación”.

Su principal promotor fue el subdirector general del Régimen del Suelo del Ministerio de la Vivienda, don José Luis Rodríguez Colmenares y Díez, quien redactó en 1969 el proyecto de creación de la ciudad, cuyo nombre original sería ‘Nuestra Señora de Belén’ en honor a la Patrona del Ministerio. Por otra parte, la Corporación municipal de Hoyo de Manzanares, presidida por Armando Marcos Alonso, había decidido en ese momento incluir en el Plan General de Ordenación de Hoyo la creación de ‘ciudades jardín’. Consideraron que la única opción para el crecimiento económico local era el veraneo masivo y la residencia permanente.

A pesar de las coordenadas públicas y de dirigir la promoción a la clase funcionaria madrileña, el proyecto de la Ciudad Residencial fue absolutamente privado. Según De Luis, el fracaso tuvo varias aristas. “No fue negligencia de los promotores, aunque lo desatendieron, no fue por dejación del Ayuntamiento aunque hubo demoras y medidas equivocadas y contradictorias, ni por insolvencia de los propietarios, aunque hubo impagos y falta de actuación conjunta. Fue una suma de factores”.

Rodríguez Colmenares planificó tres etapas en tan solo tres años: adquisición de terrenos y organización jurídica; urbanización de viales y servicios; y construcción de viviendas, zonas comerciales, recreativas y religiosas.

El origen de La Berzosa

Lo que antiguamente se llamaba El Serrejón se denominó posteriormente La Berzosa, uno de los cuatro cuarteles de pastos del campo de Hoyo de Manzanares. Con la desamortización de Madoz en 1855, estas zonas, que eran de titularidad municipal o del común, se segregaron en fincas y se vendieron. La finca más extensa fue adquirida por Don Joaquín Ruiz Jiménez, que fue alcalde de Madrid entre otros cargos, y su mujer Antonia Cortés. Allí edificaron la Casa Palacio que luego se convirtió en Hostal y permanecería en funcionamiento hasta los años 80, cuando finalmente se vendió a la Universidad Antonio Nebrija.

La gran transformación de la vida rural en la Sierra madrileña llegó con el ferrocarril a finales del XIX que produjo el ‘boom’ de las colonias de veraneantes. En las décadas de los 50 y 60 del siglo XX, la clase media crece y prospera y se abre la posibilidad de una segunda residencia. Luego creció la tendencia a construir urbanizaciones como residencia habitual. Aunque primero se sopesó ubicar la Ciudad Residencial La Berzosa en la zona de La Berzosilla de Torrelodones, finalmente se contactó directamente con la familia Ruiz Giménez para la obtención de los terrenos que ocuparía.

Un proyecto ambicioso

Se adquirieron 110 hectáreas de esta propiedad en tres fases de ampliación, incluyendo los terrenos que circundan la Casa Palacio, actual entrada a la urbanización desde la autopista. Posteriormente, en un proceso más problemático, compraron también a esta familia la finca El Remanente. En 1970 COPLACO -la Comisión de Planeamiento y Coordinación del Área Metropolitana de Madrid, organismo autónomo urbanístico perteneciente a la Admi­nistración del Estado- aprobó el Plan parcial y las Ordenanzas Generales de esta Ciudad Residencial. Para cumplir estas normas se siguieron adquiriendo fincas a otros propietarios y se sucedieron las consecutivas recalificaciones, enajenaciones y cesiones de tierras municipales al Plan, compensadas a su vez por algunas obras en el municipio. Los promotores se constituyeron primero en sociedad mercantil y después como Comisión de Bienes. En 1971 contaban con 1.200 solicitudes para viviendas unifamiliares y apartamentos.

Se pretendió ofrecer la sensación de vivir en el campo con las comodidades de la ciudad. Matiza Gonzalo de Luis que “se conservó la rusticidad del paisaje pero se construyeron apartamentos con estética moderna y chalets alejados de técnicas y materiales autóctonos”.

Los promotores nombraron en 1973, entre los propietarios, una Junta Rectora para la redacción de Estatutos y dos años más tarde delegaron todas sus funciones a la Comunidad de Propietarios. El padre de Gonzalo de Luis fue uno de los miembros de la primera Junta electa en 1976 y explica que entonces se decía que “las funciones de esta Comunidad superaban a las que asumen muchos Ayuntamientos”. A partir de ese momento se afrontó un proyecto inacabado que incluyó incumplimientos del Plan Parcial, partes de la urbanización sin legalizar y sin servicios, así como impagos, procesos judiciales y desprestigio.

Del escaso equipamiento deportivo y social que se construyó se hizo cargo una asociación -hoy el Club Social- que desde el inicio solo contó con el apoyo de una parte de los propietarios. La Berzosa estuvo casi por completo despoblada hasta 1991, cuando el Ayuntamiento finalmente anunció que la urbanización estaba legalizada.

La Berzosa de hoy

Gonzalo de Luis comenta que “hoy La Berzosa es un crisol de clases dentro de una misma clase media”. Dice que hay una generación casi nonagenaria con algunas casas de segunda residencia, otros que crecieron en este proceso urbanizador con residencia definitiva y arraigo, y finalmente los nuevos, que compraron a buen precio y sin vínculo previo a la comarca. “Estos últimos son quizás los más desafectos, viviendo de espaldas al pueblo y a la propia urbanización”.

En abril del 2018, el Ayuntamiento de Hoyo de Manzanares aprobó la recepción de la urbanización tras 44 años de la llegada de sus primeros residentes en diciembre de 1974. La Comunidad de Propietarios llevaba años reclamando al Ayuntamiento, mediante sentencias judiciales, que se hiciera cargo de los servicios básicos -abastecimiento de agua, alumbrado público, alcantarillado, mantenimiento de los espacios verdes o la limpieza de las vías públicas- que siempre han sido costeados por los vecinos de La Berzosa además de contribuir con los impuestos municipales. En principio todo ésto se habría conseguido pero han surgido algunas críticas.

En el Consejo de Dirección de la Ciudad Residencial de La Berzosa hay voces que afirman que “se nos ha vendido como un beneficio pero es un perjuicio” ya que el acuerdo viene con condiciones: “nuestros operarios hacen tareas de mantenimiento, ahora municipal, pero los seguimos pagando nosotros, porque en el acuerdo solo dice que se les proveerá de materiales”. En las redes sociales hay vecinos que advierten de la escasa participación de los propietarios en asuntos de gran relevancia, como la recepción o incluso de la futura construcción de 200 viviendas por la Universidad Nebrija. Por su parte, el Consejo acaba de presentar un contencioso contra la Universidad porque su Plan incumpliría normas urbanísticas en las medidas que sigue contemplando para sus accesos.

MasVive-Noticias del Noroeste de Madrid.  Todos los derechos reservados.  ®2024   |  www.masvive.com