Una historia maldita

Ya hemos dicho en otras ocasiones desde las páginas de MasVive que Canto del Pico se está deteriorando inexorablemente a la vista de todos sin que parezca que haya una solución a su decadencia.

El Palacio que construyera el conde de Las Almenas ha estado rodeado siempre de un aura de malditismo que comenzó antes de que lo ocuparan Francisco Franco Bahamonde y su familia y que llega hasta nuestros días. Allí murió el político Antonio Maura, acontecimiento que recordaba una placa que se ha perdido, como prácticamente todos los tesoros que albergaba; fue acuartelamiento durante la Guerra Civil, desde donde Indalecio Prieto y el General Miaja dirigieron la Batalla de Brunete; ha sido protagonista de todo tipo de leyendas urbanas -perros demoníacos, fantasmas...-; y hasta escenario para el rodaje de películas de terror… pero es sobre todo un emblema, una de las dos construcciones por las que Torrelodones es reconocible aunque no se sepa nada más del municipio. Y está ‘a pique de un repique’, que se dice popularmente, de que lo perdamos para siempre.

Hace mucho que puertas y ventanas se tapiaron para evitar los actos vandálicos, pero de poco ha servido. Su interior es un paisaje desolado que recibe con pintadas, paredes caídas y suelos a punto de ceder. Ya no es seguro ni su famoso balcón, las mejores vistas de todo Madrid y lugar habitual de retratos.

Las responsabilidades, que es lo único que queda ya por dirimir, van a partes iguales entre los que han entrado a destrozar y quienes tenían el deber de velar por este edificio protegido, patrimonio de todos. Ahora se vuelve a hablar del tema y se hace ruido, sale de nuevo Canto del Pico en las noticias y al frente de la Dirección General de Patrimonio encontramos a una directora consciente de lo que se puede perder si el edificio se sigue deteriorando. Pero habrá que ver si se consigue desbloquear la situación, mientras los propietarios siguen pidiendo por toda la finca lo que muchos expertos aseguran que no vale e insistiendo en un proyecto imposible.

Pero queremos acabar este Editorial con una nota positiva y dejen que terminemos presumiendo de algo muy especial, el haber asistido al nacimiento del cordero ‘Torrelodones’ el pasado 17 de mayo en plena entrada del Cordel de Hoyo, mientras su rebaño pasaba por el municipio dentro de la Fiesta de la Trashumancia. Estamos felices de haber estado allí y de que un grupo de escolares también tuvieran la oportunidad de asistir al acontecimiento y aprender con la experiencia que seguro que les ha proporcionado una importante enseñanza para el futuro.