28 de marzo de 2024, 12:50:38
Las Rozas


Parque de Bomberos de Las Rozas: preparados para cualquier emergencia

Por Mabel Cazorla/Raquel Fernández


‘Salus populi suprema lex’. O lo que es lo mismo, ‘Lo primero la salud del pueblo’. Los bomberos de la Comunidad de Madrid lo tienen muy claro: bajo este lema, que llevan impreso en sus uniformes, vehículos y material de trabajo, prestan cada día un servicio público en el que actúan como auténticos héroes arriesgando incluso sus vidas para salvar a quien les necesite. Incendios, accidentes, rescates, inundaciones, mala combustión de calderas, actuaciones ante vertidos peligrosos e incluso participación en actividades divulgativas y simulacros, son algunas de las muchas situaciones en las que estos funcionarios son clave para que todo salga bien. Tanto es así, que cada año, realizan en la región más de 15.000 salidas.

Las Rozas es, desde el año 1990, sede del Parque Central de Bomberos de la Comunidad de Madrid. A estas dependencias, en las que trabajan más de 70 bomberos, se suman las de la Dirección General de Emergencias que, entre otras funciones, se encarga de la dirección del Cuerpo de Bomberos de la Comunidad de Madrid, de la elaboración e implantación de planes de actuación en materia de prevención y extinción de incendios y salvamentos y la realización de actividades preventivas de vigilancia e inmediatas de extinción de incendios y salvamentos; y la formación de ingreso, formación continua y promoción interna de los componentes de los diversos cuerpos de Bomberos y de Agentes Forestales.

Se trata de unas instalaciones, de 9.333,46 metros cuadrados, situadas en la zona de Pinar de Las Rozas, en el kilómetro 22 de la A-6, junto a la vía de servicio, que disponen además de un punto de Registro de la Comunidad, en el que los usuarios que lo deseen pueden tramitar la presentación de escritos oficiales para que sean remitidos a determinados organismos públicos, sin que así sea necesaria su presencia en el destino en cuestión y de este modo ahorrarse el desplazamiento.

Destaca el Parque de Bomberos porque para facilitar la entrada y salida de los camiones en las emergencias cuenta con el único semáforo que hay en Las Rozas y porque su torre de entrenamiento, de 30 metros de alto, se encuentra entre los puntos de mayor altura del término municipal. Sus siete plantas presiden el lugar, en el que se encuentran también otros servicios públicos de emergencia como el SUMMA.

Otra de las peculiaridades del Parque es que al ser central, es donde se encuentran los talleres y almacenes centrales del cuerpo, por lo que a los vehículos propios de las instalaciones, hay que añadir los que están en reparación o revisión.

También alberga la sede del ERICAM, el grupo de Emergencia y Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid, un grupo operativo de intervención directa capaz de dar respuesta inmediata ante emergencias de grandes dimensiones que puedan originarse tanto en alguna comunidad autónoma española como fuera de nuestras fronteras. Del ERICAM forman parte voluntaria y altruista más de 200 profesionales de la región, entre bomberos, sanitarios y equipos de búsqueda canina que tienen sus equipos en el parque de Las Rozas, desde donde han salido cuando han acudido a atender en catástrofes como los terremotos de Lorca o Haití o los incendios del verano pasado en Portugal.

Y, además, es en Las Rozas donde terminan su preparación los bomberos que acaban de sacar la plaza de funcionarios del Cuerpo. De hecho, en la actualidad ultiman su preparación en estas instalaciones 113 nuevos bomberos de la Comunidad de Madrid, que estarán listos para incorporarse al servicio activo en enero de 2019 pero ya están realizando las prácticas dentro de la campaña de incendios forestales.

Punto estratégico

Estas dependencias están en un nudo estratégico de comunicaciones que permite llegar rápidamente a cualquier punto en el que se requiera la presencia de los efectivos. Pegado a la A6 y la M-50, el área de influencia del Parque se centra principalmente en las localidades de Las Rozas, Majadahonda, Torrelodones, Galapagar y Villanueva del Pardillo.

Así lo explica el jefe del Parque, Ángel Luis Sevillano, que señala que el tiempo de máximo que tardan en salir desde que suena el aviso por megafonía de una emergencia se sitúa entre 1 y 2 minutos, aunque confiesa que hay cierto “pique” entre parques para reducir estos tiempos, una sana competición entre profesionales que saben que la rapidez lo es todo ante una emergencia.

En el instante en que se da la señal, dejan todo lo que están haciendo, y mientras se dirigen rápidamente hacia los vehículos les van informando del siniestro en el que se requiere su presencia. Se cambian de ropa casi en marcha, nos cuenta el jefe del parque. “Suena la sirena, que se oye en todo el parque, y en la carrera hacia los vehículos nos enteramos de qué se trata. En la dotación diaria, cada bombero está asignado a un vehículo. Tiene su equipo personal en una percha junto al camión. Las botas están ya colocadas en el cubrepantalón. Llegamos y nos colocamos como el llanero solitario. El chaquetón nos lo ponemos en el camión. Si hay que intervenir con el equipo autónomo de respiración, está ya preparado en el respaldo del asiento. Todo para tardar lo menos posible”, relata Sevillano. Lo que tarden en llegar dependerá, como es lógico, de la distancia a la que se encuentre el lugar en cuestión, del tipo de vía y de si es hora punta o no.

Cerca de 20 kilos pesan los trajes y materiales de máxima protección con los que acuden a las intervenciones. Se trata de una carga que ahora, “afortunadamente”, se ha reducido al fabricarse el equipo autónomo con un material más ligero. De este atuendo, imprescindible para su trabajo, forman parte las botas, el casco, la chaqueta, el cinturón y el pantalón, que reúnen determinadas características de seguridad en función del servicio. Asimismo cuentan con equipamientos especiales para intervenciones concretas.

Disponen para prestar su servicio desde Las Rozas con medios como 14 vehículos, autoescala de 30 metros, bombas pesadas, furgón de salvamentos e incluso unidades para intervenir en casos de riesgo nuclear, bacteriológico y químico (NBQ). A todos ellos hay que sumar los helicópteros de coordinación del jefe de guardia y los bombarderos, estos últimos conocidos popularmente como ‘bambi’, de gran utilidad para sofocar incendios gracias a sus bolsas capaces de transportar 500 litros de agua.

En alerta permanente

Desde que comienzan a prepararse la oposición y mientras están operativos cuando son funcionarios, los bomberos entrenan cada día y realizan maniobras para saber cómo deben enfrentarse a las situaciones en servicio. La torre es quizá el punto más visible para sus prácticas, pero en el Parque de Las Rozas cuenta además con gimnasio, patio de maniobras, pozo e incluso coches de desguace sobre los que poder actuar. Además, en el parque cuentan con cocina, dormitorios y todas las instalaciones que hacen de este lugar su ‘hogar’ durante sus jornadas laborales y donde pasarán el tiempo entre intervenciones.

Entran habitualmente a las 8.45 horas de la mañana y estarán de guardia las siguientes 24 horas. Esos primeros minutos, lo que se conoce como ‘solape’, los emplean en hacer el relevo y comentar con los compañeros que salen de servicio como ha sido la jornada anterior. Los primeros momentos se dedican también a comprobar los vehículos y sus equipamientos y a tenerlo listo todo para intervenir en cuanto sean requeridos.

Otra vertiente de su trabajo no tiene que ver con las emergencias sino con la prevención. Ángel Luis Sevillano destaca la importancia que tiene la cultura de la prevención y la divulgación entre la ciudadanía, lo que repercute positivamente en una disminución en el número de situaciones de emergencia. “El comportamiento es mucho mejor ahora que antes, tanto a nivel en domicilios, como en espacios públicos. La gente tiene ahora más cultura de la prevención y eso se está notando”, asevera. Para contribuir a esta labor, periódicamente se dan charlas a los escolares de la zona, en donde se les dan los consejos básicos para evitar situaciones de riesgo y cómo reaccionar antes las mismas.

En este sentido, quiere también hacer una reflexión acerca de cómo entienden estos servicios los ciudadanos. “Ha habido situaciones graves en las que la gente no nos ha llamado por miedo a la factura. Deben saber que en la Comunidad de Madrid Madrid los bomberos son un servicio público, que está pagado con los impuestos de los ciudadanos. Salvo que se produzca un uso incorrecto y una denuncia, que se podría reclamar. Pero por llamar a los bomberos para cualquier emergencia no les van a cobrar factura”.

Un enemigo inesperado

Cuando pensamos en los bomberos pensamos en incendios, accidentes de tráfico, rescates y ya, si nos ponemos bucólicos, hasta en gatitos atrapados en árboles -sí, también mascotas-. Pero seguro que no sabían que también se enfrentan a otros animales, como las abejas, de las que es muy común la retirada de enjambres en temporada primaveral y estival. Una vez se recogen los panales, si son de abejas, se hacen cargo de ellos apicultores especializados. En temporada pueden hacer unas unas 2-3 intervenciones a la semana.

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