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La aventura de Mercedes: de Torrelodones al Toubkal
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La aventura de Mercedes: de Torrelodones al Toubkal

Por Mabel Cazorla
martes 07 de enero de 2020, 14:42h
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Esta historia comienza a 844 metros sobre el nivel del mar, en Torrelodones, y hace cumbre a 4.167 metros de altitud, en la cima del monte Toubkal, el pico más alto de Marruecos. En esos 3.323 metros de desnivel se explica el último año de la vida de Mercedes Lozano, una torresana que ha convertido un diagnóstico de cáncer de mama en una aventura personal digna de ser contada.

Todo empezó cuando, tras su diagnóstico, buscó apoyo e información a través de un grupo de mujeres enfermas de cáncer de mama en Internet. Entre ellas estaba Vanesa, una mujer de Canarias que le habló del reto organizado por un conocido montañero para subir, con un grupo de mujeres enfermas de cáncer, al monte Toubkal. Quedó una plaza libre y Mercedes no se lo pensó dos veces: en pleno tratamiento, sin haber hecho nunca nada parecido, se apuntó a la aventura y comenzó un duro entrenamiento para conseguir su objetivo.

“Cuando empecé a entrenar no podía casi ni moverme”, recuerda. De hecho, se implicó en el reto al mismo tiempo que empezaba con la radioterapia para tratar el cáncer. “Pero dije ‘me da igual, me voy a andar, si puedo correr corro, si puedo andar, ando un poco más’. Me compré una pulsera de pasos y esa fue mi motivación, ahí me empecé a picar conmigo misma. Sin haber terminado con la radioterapia me iba a correr todos los días, y eso que me decían que no se podía, que la radio te cansa, te machaca los huesos...”, explica. Tanto se motivó que antes de subir al Toubkal corría 13 kilómetros y andaba entre 14 y 15 kilómetros al día.

Mientras tanto, además, se iba armando la excursión a Marruecos, en la que tenían que participar una decena de mujeres de toda España que no se conocían en persona y se comunicaban entre ellas y con el organizador a través de Internet. Pero cuando ya estaba todo listo, a 15 días exactos de viajar, el organizador lo canceló todo sin dar muchas explicaciones.

Pero aún así, no se rindieron, y con la ayuda de gente como Enrique, de la ONG Sendas Solidarias de Valencia, que iban a ser unos de los patrocinadores del viaje, se liaron la manta a la cabeza y siguieron adelante con el proyecto, solas. “Lo decidimos de un día a otro, nos compramos los billetes por nuestra cuenta, los seguros de viaje...”, cuenta. “Enrique nos dio algo de ayuda, nos proporcionaron las mochilas adaptadas para el cáncer… y nos marchamos, todo muy casero”.

18 horas andando

Pero si lo de montar el viaje en apenas un día ya es toda una aventura, no es nada comparado con lo que hicieron para subir al Toubkal en solo dos días. La primera etapa, con salida en Armed, donde Sendas Solidarias lleva varios años construyendo un colegio, ‘sólo’ consistió en una subida de 10 kilómetros con un desnivel de 1.000 metros. “Esa parte de la subida es muy bonita, hay tiendas bereberes y te ofrecen zumos, frutos secos”, cuenta. Andaron unas ocho horas e hicieron noche en un refugio.

Lo peor estaba por llegar. Al día siguiente empezaron a subir “de noche, con los frontales”, y menos mal, por que “si se ve, más de uno no sube, por la impresión que de la cuesta, bromea”. Hicieron cumbre todas juntas, cuando estaba amaneciendo, se hicieron unas fotos y, como estaba cambiando el tiempo, empezaron a bajar directamente. En total, 18 horas estuvieron andando ese día para regresar a Armed. “La bajada fue horrible, era hasta peligrosa, no sé cuántas veces me caí”.

Toda una odisea, cuenta Mercedes Lozano, que asombra más si se considera que, de todas las participantes, ella fue la última en terminar el tratamiento contra el cáncer antes de iniciar el viaje. “Si pienso como estaba”, reflexiona, “me parece increíble que lo haya hecho. Pero lo hecho, lo que quiere decir que se puede, si te preparas sobre todo mentalmente y también físicamente”.

El viaje, cuenta a MasVive, ha sido revelador por muchas razones. La ayuda desinteresada que recibieron de tanta gente cuando el viaje se iba al traste, la acogida de la población local en Marruecos… “ver como es la gente, que hacen cosas a cambio de nada, la amabilidad. Es la Humanidad como realmente tendría que ser. Ha sido un aprendizaje de vida”, asegura. De hecho, todo esto les ha dado fuerzas para continuar. “Queremos hacer más retos, un triatlón en Las Palmas, una media maratón, y el año que viene iremos a la inauguración del colegio de Sendas Solidarias en Armed”.

“Quiero enviar un mensaje a la gente que lo este pasando mal, con un cáncer o con cualquier otra enfermedad”, concluye Mercedes. “Que sepa que se puede. Yo he estado sentada en un sillón pensando que nunca volvería a ser la misma persona y hoy en día, al cabo de un año solamente, puedo decir que soy mejor persona y que estoy mejor que antes. Si tú te crees que puedes, puedes”.

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