El alcalde de Galapagar, Daniel Pérez, va a comenzar 2017 sometiéndose en el Pleno a una cuestión de confianza, tras haber visto como, por segundo año consecutivo, la oposición rechazaba, con sus votos, aprobar el presupuesto municipal para el próximo año.
Todos los grupos de la oposición se unieron este miércoles, 28 de diciembre, para vetar las cuentas municipales para el próximo año, apoyando la enmienda a la totalidad presentada por el PSOE. Eso hace que, automáticamente, se prorroguen los presupuestos, como ya pasó el año pasado, con lo que la localidad seguirá trabajando con el presupuesto de 2015. Ante esta situación, el regidor ha convocado, para el próximo lunes, 2 de enero, a las 10.00 horas, un Pleno Extraordinario con esa cuestión de confianza, ligada a la aprobación del presupuesto, como único punto del orden del día.
“Es una irresponsabilidad dejar que Galapagar se rija dos años seguidos por unos presupuestos prorrogados por lo que, ante el rechazo de todos los grupos de la oposición al nuevo presupuesto, no me queda más remedio que tomar esta medida para que los grupos municipales se posicionen y dejen de perjudicar a los vecinos de Galapagar”, ha señalado Daniel Pérez. Trabajar un año más con los presupuestos de 2015 prorrogados supondría hacerlo “con unas cuentas completamente desactualizadas, que en nada se adecuan a las necesidades actuales de los vecinos de la localidad y que producirían graves perjuicios para el municipio”.
Consecuencias
Si Daniel Pérez consigue hacer prosperar a su favor esa cuestión de confianza, los presupuestos quedarán aprobados de forma automática, explican desde el Ayuntamiento. Si no, se abre un plazo de un mes para que la oposición presente una moción de censura, algo difícil en el caso de Galapagar, explican, ya que entre los miembros de la oposición hay una concejal tránsfuga -María Antonia Quispe, expulsada de Sí Se Puede Galapagar y considerada como tal por su propio partido- lo que endurece las exigencias de la LOREG para poder presentar una moción de censura y, en el caso de Galapagar, hace que no haya suficientes votos de la oposición para hacerla prosperar.
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