Las manos de algunos de los vecinos y vecinas de Torrelodones han sido retratadas para la exposición ‘Manos que hablan’, que se puede ver hasta el 28 de febrero en el Edificio Municipal de Servicios Sociales.
Se trata de una parte de la extensa colección de Ali Ávila, que comenzó a realizar hace año y medio. Quiso con estas fotografías ver el tipo de personas que viven en Torrelodones, donde también tiene su residencia. El proyecto fotográfico se convirtió de forma espontánea en un proyecto sociológico, porque cada encuentro generó confidencias y como resultado, una celebración de lo que nos hace humanos.
Ali siempre tuvo inquietudes artísticas, pero fue autodidacta. Nacida en Alemania, lleva muchos años en España. Siempre esperó poder formarse y ampliar conocimientos y ese momento llegó a sus 40 años, cuando sus hijos ya habían crecido lo suficiente. Fue entonces cuando estudió Bellas Artes. “Comencé con un pincel y salí con una cámara”.
Se presenta como pintora, escultora, dibujante y poeta, pero subraya que con la fotografía “descubría más cosas y me propuse contar cosas en imágenes”. Ahora el sueño se ha cumplido. “Mi mundo está rodeado de fotografía y esto es lo que siempre he querido hacer”. Su proyecto ‘Manos que hablan’ es una bella experiencia que ha sobrepasado sus expectativas.
Las personas no se prestan tanto o tan fácilmente a que sus rostros sean fotografiados, se exponen demasiado y es más comprometido. Sin embargo, cuenta Ali que a las manos no se les concede demasiada importancia. Así, les pidió a estos vecinos, de primeras desconocidos “que eligieran algo que definiera su ser”. Es entonces cuando pudo comprobar que “tenemos poca idea de quienes son nuestros vecinos. Se sentían poco intimidados pero sí implicados cuando elegían su herramienta de trabajo, una postura o la mano de su hijo”.
Para la exposición, Ali ha elegido la frase de un filósofo presocrático, Anaxágoras, que decía que “el origen de la inteligencia de los hombres reside en sus manos”. Cuenta que lo mágico de estos encuentros fue que “sin pedirlo, la gente se desnudaba y me contaban parte de su vida personal y privada, y de esta manera intensa he podido conocer a gente maravillosa”.
Para compartir estas potentes imágenes -la mayoría en blanco y negro- las subió primero a una popular página en la localidad de Facebook a modo de acertijo como preámbulo para homenajear esas manos. Desde la Concejalía de Cultura se pusieron en contacto con ella para pedirle que expusiera este trabajo en un espacio municipal.
Ali afirma que “Torrelodones está llena de gente muy humana, aunque vayamos con prisas y parezcamos fríos, son maravillosos más aún de forma individual”.
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