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SAMER-Protección Civil: Protegidos los 365 días del año
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SAMER-Protección Civil: Protegidos los 365 días del año

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Las Rozas es una de las pocas localidades de España, fuera de las grandes ciudades, que cuenta con un Servicio Municipalde Emergencias profesional. Médicos, enfermeros y técnicos dotados con los medios técnicos necesarios para atender cualquier urgencia en el término municipal. Además de estos profesionales, dispone de una Agrupación de Protección Civil con más de un centenar de voluntarios que por tener tienen hasta una Unidad Canina especializada en la localización de personas. Sea cual sea la emergencia que se produzca en Las Rozas, lo tienen todo cubierto.

“Damos un servicio los 365 días del año las 24 horas, es un lujo que tenemos los ciudadanos de Las Rozas. Además, con el refuerzo de los voluntarios, podemos decir que estamos realmente protegidos todo el año”. Así presenta Antonio Ramos, el coordinador de Emergencias del Ayuntamiento de Las Rozas, el SAMER-PC. Recuerda que hay “muchísima gente” detrás de unas fiestas seguras, una prueba deportiva sin incidentes o unas calles limpias en plena ola de frío. Es “un trabajo duro y tenemos a unos profesionales con una vena vocacional importante”.

Todos conviven bajo el mismo techo en la base de la Avenida de Nuestra Señora del Retamar. El edificio cuenta con todas las instalaciones necesarias para albergar a profesionales y voluntarios. Allí tienen las oficinas, el parque móvil, las salas de descanso para los trabajadores cuando no están atendiendo emergencias, los caniles para los voluntarios de cuatro patas de la unidad canina, el material, los vehículos y la centralita de avisos.

Allí, cuando no están en un preventivo, en una asistencia, dando un curso o en cualquier otra actividad, se afanan para que todos los equipos estén en perfecto estado de funcionamiento y revista. Es imprescindible que esté todo a punto porque nunca saben cuándo tendrán que salir corriendo, profesionales y voluntarios, para ayudar a alguien.

Todo el año

El SAMER-PC, Servicio de Asistencia Municipal, Emergencias y Rescate, se fundó en 2001, como una apuesta por profesionalizar el servicio de urgencias y emergencias. Cuenta con un total de 45 profesionales, médicos, enfermeros y técnicos en emergencias sanitarias con formación específica en urgencias y emergencias. Trabajan de forma coordinada con otros organismos y su ámbito de actuación está en los 58,33 kilómetros cuadrados de Las Rozas, lo que no impide que salgan de la localidad si las circunstancias lo exigen. Cuentan con dos ambulancias completamente equipadas, una de ellas UVI-Móvil, Vehículo de Intervención Rápida y, entre otros equipos, disponen incluso de un compresor torácico Lucas para la realización mecánica de RCP y un hospital de campaña que se puede utilizar en caso de una catástrofe.

La encargada de contarnos su día a día es Esther López. Tienen turnos de 24 horas y durante ese tiempo pueden estar en servicios preventivos en eventos con la ambulancia, pero también pueden estar en la base, leyendo o estudiando, mientras esperan a que tengan algún aviso. Pueden llegar a atender unos 10 avisos diarios -en 2015 se realizaron 3.616 asistencias- que les pueden llegar a través del 112, a instancias de Policía Local o bien por llamadas directas.

“Asistimos a avisos a domicilio y en vía pública, de toda índole y a cualquier persona a la que le pase algo en el municipio de Las Rozas, sea o no vecino”.

Entre sus labores, colaboran en activación de protocolos específicos de actuación en patologías urgentes como el infarto, el ICTUS, en colaboración y coordinación con el SUMMA112 y con los hospitales de referencia. Estos protocolos permiten la actuación inmediata por especialistas que ya están esperando al paciente en el hospital y con los medios necesarios para minimizar las secuelas que producen estos incidentes. También colaboran con la Unidad de Transplantes del Hospital Clínico San Carlos.

Al atender tanto en domicilio como en vía pública, “el abanico de patologías que se atienden es muy amplio”, explica Esther. Los problemas cardíacos, por ejemplo, están a la orden del día, pero en una guardia de 24 horas les puede pasar “de todo.” Como nunca saben cuando van a tener una asistencia, aprovechan “para comer y dormir cuando podemos, procuramos descansar, porque esto no tiene un horario fijo, puedes tener avisos a cualquier hora”.

No todos los avisos son por casos graves. Les han llegado a llamar “por un uñero”, pero hay una constante de personas mayores que se sienten solas, que lo que necesitan es compañía. “Piden ayuda y mimos”, reflexiona Esther López. “En un aviso hace unos meses acabamos los compañeros de Guardia Civil, Policía Local y nosotros haciéndole la cena a una señora mayor. Y a la señora, súper agradecida, se le pasaron todos los males”, relata. “Hay muchas veces que cuando llegas, de lo que te dicen a lo que te encuentras no tiene nada que ver, simplemente la persona necesitaba hablar con alguien, desahogarse... no siempre es cuestión de llevarles al hospital. Sólo necesitan dedicarles un rato. La soledad es malísima”.

Esther es muy cariñosa en el trato, pero reconoce que cuando llega a una intervención “soy muy autoritaria”. Es una fuerza de carácter necesaria para lo que tienen que enfrentar diariamente. “Los sanitarios tenemos, en general, un humor muy negro, es la forma de protegernos, porque vemos muchas cosas, procuras no llevarte las cosas a casa pero siempre todos tenemos algunos avisos que nos marcan”. Ella recuerda especialmente el 11-M “que me tocó saliendo de guardia” y el caso de un niño pequeño que se ahogó en una piscina.

Otras funciones

A parte de la función sanitaria, hay otra parte muy importante del trabajo de los profesionales del SAMER-PC, de carácter social, que se concreta en su participación en los dispositivos especiales elaborados para cubrir de forma preventiva diferentes eventos y su labor de formación continua a la ciudadanía, tanto en los centros educativos como allí donde se les solicite, en materias como los primeros auxilios o reanimación cardiopulmonar básica. También colaboran en diferentes iniciativas municipales de prevención.

Además de esto, hay una parte del trabajo de los profesionales del SAMER-PC que no se divulga demasiado pero que también se merece un reconocimiento, y es el de los técnicos que tienen que revisar los planes de autoprotección de empresas y edificios públicos. Tres técnicos que trabajan en horario de mañana y tarde revisando esos planes y haciendo visitas a los centros -lugares tan importantes como guarderías, centros comerciales, colegios o centros deportivos- para comprobar que todo está en orden.

Además de revisar los planes de autoprotección, también elaboran los planes municipales de Emergencias. En ese sentido, hay que destacar el Plan Territorial de Protección Civil, PLATER-ROZAS, un documento que contempla todas las situaciones de riesgo que se pueden producir en la localidad, las analiza y contextualiza para dar las pautas de cómo hay que actuar, ya sea ante un arroyo desbordado, un siniestro ferroviario o el accidente de un transporte con características especiales, como materiales químicos.

Los voluntarios

La Agrupación de Voluntarios de Protección Civil existe desde 1990. En la actualidad cuenta con más de un centenar de voluntarios que están adscritos a diferentes unidades: unidad canina, unidad forestal y de inclemencias invernales, unidad sanitaria, oficina técnica, formación... Son personas con muy diferentes perfiles que dedican su tiempo libre a la Agrupación, y que, gracias a su formación, lo mismo participan en un dispositivo preventivo de fiestas que acuden a un incendio o visitan los colegios para colaborar en la formación de primeros auxilios. También colaboran con las agrupaciones de Protección Civil de localidades cercanas. Porque, como resume Antonio Ramos, “predomina el espíritu solidario” por encima de cualquier otra consideración a la hora de acudir a otras localidades a prestar ayuda.

La Unidad Canina

Quizás la unidad más llamativa de Protección Civil de Las Rozas sea la Unidad Canina, porque no es común que una agrupación de voluntarios tenga un equipo de perros y guías caninos formados en la búsqueda de personas vivas en estructuras colapsadas, grandes áreas, desastres naturales, etcétera.

En la actualidad, el Grupo de Perros de Rescate y Salvamento de Protección Civil de Las Rozas está compuesto por 15 perros con sus correspondientes guías caninos, así como otros auxiliares que se están preparando para ser guías. Están integrado en ERICAM, el Equipo de Respuesta Inmediata de la Comunidad de Madrid y entrenan de forma habitual también con la UME, Unidad Militar de Emergencias. A lo largo de su trayectoria han colaborado en la localización de personas en Chile y Haití y su última salida al extranjero fue a las Antillas francesas. Recien­temente, colaboraron con la búsqueda de una persona desaparecida en Torrelodones.

Los perros son voluntarios y pertenecen a sus guías, con los que viven habitualmente. Según explica Estela Benito, los compran ellos mismos en Écija, donde hay un criador que los cría específicamente para salvamento y rescate. “Tienes que tener un perro que sepas que va a ser bueno”, señala, y para ello, se suelen escoger perros de aguas, pastores alemanes, pastores belgas, labradores… Aunque al más veterano del Grupo, Kun, hoy ya retirado de las labores de rescate pero aún voluntario en las visitas de colegios, lo recogieron de una perrera.

Son los propios voluntarios los que entrenan a los perros y los que se van enseñando los unos a los otros. Primero se forman como auxiliares y cuando ya están “bien preparados”, explica Estela, pueden coger a un perro. En el terreno, los perros pueden buscar durante unos 20 minutos, “a partir de esos 20 minutos la fatiga hace mella y no están al cien por cien”. Trabajan un guía con un perro en una zona concreta y, pasado ese tiempo, se saca a otro binomio para confirmar.

Estela Benito lleva 12 años en la Agrupación. Además de trabajar de jardinera, tiene el título de Enfermera Veterinaria “para tener bien a mis perros”. Porque una constante que nos encontramos es que siempre están actualizando su formación. “El voluntario de Protección Civil siempre está estudiando, yo siempre les digo que tienen que estudiar”.

Haga frío o calor

La unidad forestal y de inclemencias invernales no para en todo el año. Se dedican, explican Juan Carlos y Agustín, al apoyo a Bomberos en incendios forestales o, si es necesario, incluso en incendios en vía urbana -ayudaron en el incendio de Plaza de España-. Para ello cuentan con un camión pequeño de bomberos con capacidad para 3.500 litros de agua y dotado con todo el equipamiento profesional.

Este “ha sido un verano muy tranquilo”, nos explica Agustín y han estado realizando labores sobre todo de retén preventivo y vigilancia. También salen de la localidad si se les requiere desde la Comunidad de Madrid. De hecho, recuerdan, durante el incendio de Robledo de Chavela estuvieron colaborando en el traslado de pacientes de residencias. Otra de sus funciones es el trabajo preventivo durante los fuegos artificiales de las fiestas, las de Las Rozas y las de otras localidades que les soliciten ayuda. El camión de bomberos se sigue usando cuando hace frío. Lleva material de achique de agua y se utiliza en caso de inundaciones. También trabajan en las labores preventivas del dispositivo de Inclemencias invernales y cuentan con una máquina retroexcavadora que se puede utilizar en caso de nevadas.

“Los voluntarios estamos preparados para cualquier tipo de inclemencia”, asegura Juan Carlos. Los voluntarios, cuando llegan de guardia, no sólo están para su unidad, si hay cualquier incidente en el que se les necesite son técnicos en emergencias y están preparados para actuar. “Simplemente tenemos que cambiar de vehículo”.

Grandes eventos

Explica Ana Isabel Álvarez, la psicóloga voluntaria de la Agrupación, que este año, para las fiestas de San Miguel, se ha estado trabajando durante meses en un operativo que ha tenido que tener en cuenta diversos factores, entre ellos la posibilidad -remota pero real- de que se produjera un atentado hasta la prevención de tumultos -estaban muy cercanos en el tiempo los sucesos de las fiestas de Majadahonda-. “Incluso se había valorado la posibilidad de que se pudieran dar pánicos colectivos, que no es algo habitual, pero que con la base de miedo que ya tenemos es más frecuente que antes”, explica.

Ana es psicóloga forense y penitenciaria y experta en urgencias, emergencias y catástrofes. Estuvo en el accidente de Spanair y en el 11-M. Además, realiza tareas voluntarias en Las Rozas desde 2010. La unidad de atención psicológica está preparada para actuar en todo tipo de casos, desde accidentes o catástrofes de gran magnitud, como atentados terroristas, hasta en los casos más cotidianos, como búsqueda de personas, intentos de suicidio, violencia de género...

Su trabajo es muy necesario en operativos como los de las fiestas, en los que se trasladan a la pequeña base que tienen en el recinto ferial. Allí ven de todo y sobre todo a jóvenes con grandes consumos de alcohol. “Tenemos un problema con el alcohol y este año también hemos detectado bastantes casos de violencia de género entre los jóvenes. Son patologías que están enmascaradas y con el alcohol, que es un desinhibidor, salen”, señala la psicóloga.

Esa mezcla de alcohol y jóvenes da para muchas anécdotas porque, recuerdan, en su trabajo acaban viendo lo peor, y también lo mejor, de las personas. Recuerdan muchas y rescatamos una que todavía les hace reír cuando la cuentan, el caso concreto de un menor que les pedía que no llamaran a su abuela para que fuera a recogerle. “Cuando llegó la abuela le soltó dos bofetones y luego se lo llevó andando a casa”, recuerda Antonio Ramos entre risas. “El chico decía ‘me habéis arruinado la vida’, la abuela era de armas tomar”.

SAMER - Protección Civil

91 757 92 00

91 640 72 72 (urgencias)

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