Hasta el 8 de enero se puede ver en la Fundación Canal de Madrid la exposición ‘Robert Doisneau: la belleza de lo cotidiano’, que por primera vez reúne en nuestro país, en un mismo espacio, las obras más emblemáticas del fotógrafor frances. Una muestra de 110 fotografías, seleccionadas por Annette Doisneau y Francine Deroudille, hijas del artista y comisarias de la exposición, que demostrarán al espectador por qué se considera a Doisneau como uno de los grandes maestros de la fotografía. También se exhiben varias hojas de contacto y collages, así como parte de su material personal, como su cámara Rolleiflex y varias publicaciones originales donde se difundieron sus trabajos, como las revistas Fortune o Life.
La exposición, que abarca 45 años de la creación de Doisneau, desde la década de los 20 hasta la de los 70, se divide en dos secciones. En ‘La belleza de lo cotidiano’ se pueden ver 80 copias de época, algunas de sus obras más conocidas en blanco y negro, como ‘El beso del Hôtel de Ville’, ‘Mademoiselle Anita’ o el retrato que hizo de Pablo Picasso, así como otras hasta hoy nunca vistas por el público o muy poco difundidas. Por otro lado, en la serie a color ‘Palm Springs 1960’, encontrarán una sorprendente, inesperada e irónica producción de los años 60, olvidada desde entonces y recuperada para esta exposición.
Robert Doisneau es, explican los responsables de la exposición, es uno de los pilares fundamentales de la fotografía del siglo XX. “Le tocó vivir uno de los periodos más fructíferos de la historia de la fotografía y logró pertenecer, por derecho propio, a un selecto grupo de artistas que hoy se consideran los grandes mitos de la fotografía universal”. Es uno de los más afamados representantes de la denominada Escuela Humanista.
A lo largo de su vida produjo alrededor de 450.000 negativos. “Su modus operandi se basaba en encontrar el escenario perfecto y estar atento a todo lo que pasaba a su alrededor. Fiel exponente del realismo poético, orientó su trabajo a captar los gestos de personas normales en situaciones cotidianas”.
El diseño expositivo de la sección ‘La belleza de lo cotidiano’ está planteado como un paseo nocturno por una transitada ciudad sembrada de edificios, en los que algunas ventanas cobran vida, se iluminan en la oscuridad de la noche y descubren las historias que Robert Doisneau captó con su cámara. Por su parte, la sección ‘Palm Springs, 1960’, situada en la galería abovedada de la Sala de Exposiciones de la Fundación Canal, desborda color, muestra los reconocibles tonos pastel californianos y profundiza en las satíricas fotografías que parecen pintadas.
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