29 de marzo de 2024, 0:37:14
Torrelodones


Torrelodones y Hoyo de Manzanares, Reserva de la Biosfera

Por Mabel Cazorla


A pesar de que Torrelodones y Hoyo de Manzanares forman parte del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares desde hace 33 años, poco oímos hablar de él, más allá de saber que impone no pocas limitaciones a determinadas actuaciones de índole ubanística. Y si ya decimos que es, además, una Reserva de la Biosfera declarada por la UNESCO desde hace 26 años, habrá muchos ciudadanos que no sepan de qué les estamos hablando.

Son dos figuras de protección que deben garantizar la conservación de un entorno natural envidiable. Ahora que se anuncia una ampliación de la Reserva de la Biosfera, se han rescatado también las críticas a la forma en la que se gestiona el Parque Regional y las dudas acerca de si se hace lo suficiente para proteger sus riquezas.

El Parque Regional de la Cuenca Alta de Manzanares, en el que se encuentra inmerso la mayor parte del territorio de Hoyo de Manzanares y una parte del territorio de Torrelodones, se creó en 1985 como un corredor verde que, desde las puertas de Madrid, llegara hasta la Sierra del Guadarrama. Aunque los esfuerzos por su conservación son más antiguos. Desde 1930, La Pedriza ya era Sitio Natural de Interés Nacional y en 1978 se amplió la zona protegida y se le dio la categoría de Parque Natural para protegerla de la presión del turismo de montaña.

“Su objetivo, que sigue vigente, es básicamente de conservación”, explica a MasVive el subdirector general de Espacios Protegidos de la Comunidad de Madrid, Ismael Hernández, “ya que incluye algunos de los ecosistemas más valiosos de toda la Comunidad de Madrid”.

En sus 42.583 hectáreas -hay una parte que se le ‘quitó’ para incluirla en el Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama- abarca 19 municipios. Nace en las elevaciones guadarrameñas, donde está la cabecera del río Manzanares, discurre en su parte media por la Sierra del Hoyo y desciende hasta el Monte del Pardo. De su gestión se encarga la Comunidad de Madrid a través de un órgano administrativo denominado ‘Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares’, encabezado por un conservador que, con otros técnicos de la Comunidad de Madrid, “son los que se reparten el trabajo de informar de cualquier actividad que se lleve a cabo dentro del territorio y de contratar los servicios de mantenimiento y conservación del parque”, explica Hernández.

Las importantes diferencias de altura entre los distintos puntos del Parque Regional hacen que se encuentren en él cuatro de los cinco pisos bioclimáticos de la región mediterránea de la Península Ibérica. En cuanto a la fauna, se han clasificado alrededor de 300 especies de vertebrados, algunas en peligro de extinción, y un número sin cuantificar de especies de invertebrados. Además, incluye otras áreas de especial protección: tres Lugares de Interés Comunitario (LIC) de la Red Natura 2000, una Zona Especial de Protección de Aves (ZEPA) y dos zonas húmedas incluidas en el Catálogo de Embalses y Humedales de la Comunidad de Madrid.

Pero la figura de protección internacional más antigua que afecta al Parque Regional es la de Reserva de la Biosfera, en cuya Red Internacional fue incluido en noviembre de 1992, “gracias a la armonía lograda entre el desarrollo de las poblaciones locales y la conservación del medio natural”. Los principales intereses para su conservación son “la presencia de especies amenazadas, la proximidad a un gran núcleo urbano, la existencia de agrosistemas tradicionales y de paisajes singulares representativos”. Es la UNESCO, a través del Comité MAP, la que regula estos espacios cuya declaración tiene como objetivo de conjugar el desarrollo social con el respeto al entorno natural. En el Plan Rector de Uso y Gestión del Parque están los criterios de gestión de las Reservas de la Biosfera, que son: conservación de la diversidad biológica; conservación de los sistemas tradicionales de uso; gestión de las actividades recreativas; investigación y vigilancia permanente; educación y formación; y cooperación.

La visión municipal

Pero en el día a día, ¿en qué afectan a los ayuntamientos estas figuras de protección?. Según el concejal de Medio Ambiente de Torrelodones, Santiago Fernández, “lo único que existe ahora mismo como Parque Regional son las limitaciones derivadas de su normativa, la restricciones de usos que impone, que es una parte muy importante y relevante porque ha permitido la conservación de la naturaleza en esos espacios. Pero luego la parte de inversión la han eliminado y la parte de guardería forestal también”, lamenta.

Es una situación que se viene produciendo, lamenta el concejal, desde que se eliminaron los Patronatos de los parques regionales, en los que tenían participación los ayuntamientos, en 2010. “Han descargado completamente a los parques regionales, no tienen inversión directa en los municipios, no tienen absolutamente nada”, asegura. En este sentido, el edil de Medio Ambiente de Torrelodones asegura que “el mantenimiento que se hace de las zonas de Parque en Torrelodones es el que hace el Ayuntamiento. El Parque Regional no hace más que generar papel y papel, autorizaciones, tenemos que enviarles nuestros proyectos… pero desde el punto de vista de inversión, cero.

Más Reserva de la Biosfera

Es en este contexto en el que se ha anunciado, ahora, que se va a prácticamente duplicar la superficie incluida en la Reserva de la Biosfera del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares, que ya no se circunscribirá a este Parque Regional sino que alcanzará también al Guadarrama y al Valle del Lozoya. ¿Por qué se hace? Porque, según el subdirector general de Espacios Protegidos de la Comunidad de Madrid “una vez declarado el Parque Nacional no tenía sentido restringir la zona de la Reserva de la Biosfera al Manzanares, porque hay una misma unidad geográfica, cultural, paisajística y de todo tipo con la zona del Valle del Lozoya y con la zona Oeste de la Sierra”.

En la reunión de Sevilla del comité internacional que marca las directrices de cómo deben ser las Reservas de la Biosfera se establecieron nuevos criterios de zonificación, asegura Ismael Hernández, para “distinguir entre zonas núcleo, tampón y de transición. En ese momento estábamos preparando la declaración del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama y no se hizo esa ampliación porque estábamos esperando a que estuviera declarado”, señala.

La primera idea fue reorganizar según estos criterios el espacio actual de la Reserva de la Biosfera. Después de ver que así no se cumplían los requisitos de la UNESCO, se llegó a la propuesta actual, que propone para su declaración 105.587 hectáreas -más del doble de la actual- en 27 municipios. La propuesta ya se ha remitido al Ministerio de Medio Ambiente para que la revise. Cuando tenga el visto bueno se llevará a la reunión de París de la UNESCO, en septiembre, para ver si se acepta.

Asociado a esto está la creación de la Marca de Calidad ‘Madrid Reserva de la Biosfera’, que la Comunidad de Madrid quiere que sea una marca que identifique productos y servicios de la zona que puedan acreditar unas directrices de responsabilidad medioambiental. La idea es sacar en los próximos meses el borrador para el concurso de creación de esa Marca de Calidad, que serviría para que los consumidores distingan productos que se han realizado siguiendo una serie de procesos respetuosos con el medio ambiente.

“Hay bastante ilusión y bastante compromiso por parte de todos los ayuntamientos, este acuerdo ha habido que llevarlo a los plenos de todos los municipios, y el resultado ha sido que todos los ayuntamientos sin excepción lo han apoyado. Es una cosa para estar orgullosos”, asegura el responsable de la Comunidad de Madrid. Aunque sí que se han podido escuchar algunas quejas en los municipios, acerca de la falta de información facilitada con la propuesta de acuerdo, que en el caso de Torrelodones y Hoyo de Manzanares no afecta a más territorio, aunque sí a su zonificación.

Las ‘reservas’ ecologistas

Los ecologistas, por su parte, se han mostrado bastante contrarios a esta ampliación y le piden a la Comunidad de Madrid que, primero, ponga orden y se ocupe de que los objetivos se cumplan en el territorio que abarca actualmente. “En muchos de los municipios el modelo de desarrollo no es el que tendría que ser siendo parte de una Reserva de la Biosfera”, asegura la portavoz de Ecologistas en Acción, M.ª Ángeles Nieto. Ni siquiera se ha cumplido el compromiso de hacer partícipes a los ciudadanos. “La población es ajena totalmente a ella”, asegura.

Estando así las cosas, ¿para qué ampliar? se preguntan los ecologistas. “Lo primero que habría que hacer es implementarla y hacer una gestión de la misma, y cuando hayas conseguido en el territorio existente un modelo de pensamiento y desarrollo acordes con sus objetivos de la Reserva de la Biosfera, podrás ampliar”. Pero hacer una ampliación ahora, dice Nieto, “para seguir haciendo lo mismo” es absurdo. “No creemos que sea una forma de resolver el problema, sino de enmascarar el fracaso de la Comunidad de Madrid en la gestión de este espacio protegido”. De la marca ‘Madrid Reserva de la Biosfera’ aseguran que “si realmente no hay una gestión adecuada y un respeto al entorno, estás vendiendo humo, un dibujito”.

Además, denuncian que la Comunidad de Madrid hasta ahora no ha prestado demasiada atención a este espacio protegido y que sus representantes “ni siquiera asisten a las reuniones de Reserva de la Biosfera, ni remiten informes y memorias”. De hecho, han anunciado que denunciarán ante la UNESCO la gestión que se está haciendo.

Por su parte, desde el Observatorio Ciudadano para la Defensa del Patrimonio de la Sierra del Guadarrama lamentan “que haya un voluntariado mínimo, los recursos son escuálidos y sin ambiciones. Si la Comunidad de Madrid no está dotando de recursos económicos al Parque Nacional no lo va a hacer para la Reserva de la Biosfera. Esto lleva a una incapacidad y a una destrucción paulatina del territorio”.

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